El Ministerio de Salud recomienda el uso de mascarillas FFP2 en el transporte público
El ministro de Salud, Jan Blatný, ha recomendado el uso de mascarillas FFP2 en el transporte público y en los supermercados. Se trata de una medida para frenar la propagación de la mutación británica del coronavirus que ya ha sido confirmada en el país.
Las mascarillas de tela confeccionadas en casa, que en su momento fueron muy populares en Chequia, ya no son garantía de seguridad sanitaria contra el coronavirus.
Mientras los gobiernos de diferentes países debaten sobre el eventual uso obligatorio de mascarillas FFP2, aprobado por el momento solo en Austria, el ministro de Salud checo, Jan Blatný, se ha limitado a recomendarlas a la población, según indicó a la Televisión Checa este martes.
“Recomendaría que las personas usen la mascarilla FFP2 en el transporte público urbano y cuando viajen en tren, autobús y similares. Creo que también es conveniente llevarlas en los supermercados. No creo que sea necesario usar una mascarilla FFP2 cuando caminamos en espacios abiertos, al aire libre”.
Las alarmas empezaron a sonar en Chequia después de que las pruebas de laboratorio confirmaran la aparición de la llamada mutación británica del coronavirus en más de doscientos casos de infección.
En el hospital de la localidad de Slaný, a poco más de 50 kilómetros de Praga, la situación es grave. En el lapso de 14 días se contagiaron 80 empleados, dijo a la Televisión Checa el doctor Tomáš Drasnar.
“Se nota que el virus se comporta de manera diferente. Estábamos acostumbrados a que nuestro personal casi no se contagiara, estaban bien protegidos. A mediados de enero empezaron a enfermarse y desde entonces es como una pesadilla".
El director del hospital de Slaný, Štěpan Votoček, dijo que de manera súbita empezaron a vivir momentos de suma tensión con muchos contagios entre enfermeras y personal paramédico.
“La velocidad e intensidad de la propagación entre el personal nos llevó a la hipótesis de que se trataba de la llamada mutación británica, por lo que pedimos el análisis de una muestra, que al final confirmó la presencia de la nueva cepa del virus”.
El ministro de Salud Blatný dijo a la Televisión Checa que se están recogiendo datos a nivel nacional con el fin de determinar el grado de presencia en el país de la nueva mutación del coronavirus.
“El Instituto Nacional de la Salud, en estrecha cooperación con los laboratorios estatales, trabaja en la recopilación de informaciones sobre los niveles de una eventual propagación de esta nueva cepa del virus. Es algo que de ninguna manera queremos menospreciar“.
De acuerdo con informaciones de la Televisión Checa, que realizó consultas en los centros de prevención de enfermedades contagiosas, la llamada mutación británica del coronavirus fue confirmada en cinco regiones del país, incluida Praga.
El antiguo ministro de Salud Roman Prymula, en la actualidad asesor del primer ministro en temas sanitarios, hizo énfasis en que desde Gran Bretaña llegan informaciones muy preocupantes.
“Los últimos reportes de Gran Bretaña, en concreto el tercero, advierten sobre el alto riesgo que representa la nueva cepa, que trae un significativo aumento de los decesos. Se trata de algo alarmante”.
La presencia de la mutación británica se ha confirmado en 50 países y, según diferentes análisis, esta cepa del coronavirus puede ser hasta un 70% más transmisible que otras.
El Gobierno checo mantiene debates sobre nuevas medidas contra la pandemia y se baraja la posibilidad del regreso a las clases de otros grupos de estudiantes de primaria y secundaria, así como alguna leve suavización de las restricciones.
En Chequia se está considerando la posibilidad de realizar pruebas de detección del coronavirus en escolares mayores para permitir su regreso a las clases.
Se estima que un hisopo nasal puede resultar incómodo para los niños. Una nueva opción la representan las pruebas de gárgaras o de saliva, que se han realizado con éxito en el hospital de la ciudad de Ostrava desde el lunes.
El ministro de Educación, Robert Plaga dijo a Radiožurnál, emisora de la Radio Checa, que le gustaría poder implantar las pruebas de gárgaras no invasivas para aumentar la seguridad sanitaria en las escuelas.
Se trata de un método muy sencillo, según indicaron fuentes de Instituto de Medicina Molecular de Olomouc, desarrollador del método.
La persona debe hacer gárgaras durante 20 o 30 segundos, luego vacía el contenido de su boca en un tubo de recolección y, a continuación, la muestra se envía a un punto de recogida o al laboratorio para determinar si es positiva o no.