El ‘hard rock suave’ de Katapult
El grupo Katapult se retiró de los escenarios musicales, después de que falleciera a principios de enero el bajista y vocalista de la banda Jiří Šindelář, a causa de una insuficiencia pulmonar. Este Lunes Musical será dedicado a la legendaria formación checa que inició su carrera en 1975.
Así se canta en uno de los mayores éxitos del grupo Katapult. Se puede decir que no hay melómano checo que no conozca el estribillo de esta canción, que se inmortalizó en la música popular de este país, al igual que muchas otras canciones de Katapult.
‘Un hard rock suave’, así podría caracterizarse el estilo de la banda, integrada por guitarra, bajo y batería, que siempre confiaba en la fuerza de un rock melódico y simple, y cuyas canciones suelen ser muy pegadizas.
El Autódromo de Medianoche y El Tonto Vacila son nombres de otras canciones generalmente conocidas en este país.
“Hemos logrado sobrevivir a todo, menos a nuestra salud”, mencionó el fundador y líder de la banda, Oldřich Říha, al comentar la muerte de su compañero, recordando todos los obstáculos a los que tuvo que superar el grupo a lo largo de su carrera.
El guitarrista Oldřich Říha y el bajista Jiří Šindelář, conocido bajo el apodo de El Viejo, empezaron a tocar en la primera mitad de los años 70 en el grupo Mahagon. En 1974, el régimen comunista, que no era muy amigo de la música rock, prohibió la actuación en público de la banda, que se hizo famosa, sobre todo, en Bohemia Occidental.
De esa forma, el dúo inseparable decidió fundar la banda Katapult, que posteriormente lograría convertirse en una de las bandas checas más populares a nivel nacional de toda la historia.
A fines de los setenta, la formación seguía alcanzando fama, aunque los enfrentamientos con la censura comunista eran cada vez más difíciles. El primer disco, titulado Katapult, lanzado en 1978, se convirtió en uno de los álbumes más vendidos del país y catapultó a la banda a la cima de la gloria.
Un año más tarde, Katapult recibió el premio Ruiseñor de Oro al grupo más popular del país, a pesar de haber tenido prohibido dar conciertos en Praga.
En 1980, la banda triunfó por segunda vez en el concurso Ruiseñor de Oro, tras lanzar su segundo disco llamado 2006.
Aunque Katapult no se destacó políticamente, su creciente popularidad asustaba al régimen. Los censores primero prohibieron a los músicos grabar discos y presentarse en los medios de comunicación, para terminar por hacer callar totalmente a la banda en 1981.
El grupo pudo volver a tocar en público en 1987, cuando se aflojaron parcialmente los tornillos que atenazaban la libre expresión artística.
Tras los cambios democráticos, en 1989, la banda regresó en los años 90 con gran pompa a los escenarios musicales del país. Katapult tocó, por ejemplo, como invitado especial en el concierto de los iconos de rock Deep Purple y Status Quo, efectuado en Praga.
Katapult ha dado a lo largo de su carrera unos siete mil conciertos y ha conseguido siete discos de oro y uno de platino por la venta de sus álbumes.
En 2007, la banda sufrió un duro golpe al fallecer el batería de la formación, Anatoli Kohout, que llevaba muchos años en la banda.
Un año después, el grupo realizó una ‘Gira para Despedirse’, pero no alcanzó a terminarla…
A fines de 2008, se vio obligada a anular algunos conciertos de la gira debido al empeoramiento de salud del bajista Jiří Šindelář. El músico falleció el 5 de enero de 2009, dos días después de cumplir los sesenta años de edad.
Los fans de la banda esperan que el guitarrista Oldřich Říha siga tocando y renueve el grupo, para poder escuchar en vivo en una próxima ocasión los numerosos éxitos de la banda, como por ejemplo la pieza llamada Hasta la Próxima Ocasión.