El espíritu de la monarquía austro-húngara queda vivo en Europa Central
Todo el que viaje por los países que hasta el año 1918, formaron parte de la monarquía austro-húngara, notará un espíritu característico. Se dará cuenta de que los Habsburgo dejaron una profunda huella en la cultura, la mentalidad y las tradiciones de las naciones que gobernaban. Este espíritu palpita también en la recién inaugurada exposición "El Siglo de los Habsburgo en las tierras checas", en el palacio Clam-Gallas, de Praga.
Si deciden visitar el palacio capitalino Clam-Gallas, podrán ver un amplio y rico abanico de objetos producidos, confeccionados, pintados o tallados entre los años 1791 y 1918. Todos tienen algo en común: la relación con la monarquía austro-húngara.
El período marcado por estas fechas se conoce en la historiografía como el "Largo siglo XIX". Es el tiempo entre la Revolución Francesa y la Primera Guerra Mundial, dos hitos que cambiaron la cara de Europa.
Los autores de la exposición lo denominaron el "Siglo de los Habsburgo". Vít Vlnas explica que en 1791 el emperador austríaco Leopoldo II fue coronado rey checo. Y precisamente su coronación fue uno de los acontecimientos que iniciaron el proceso de resurrección nacional de los checos.
"En el público checo prevalece la visión del siglo XIX como el escenario de una historia espectacular y romántica de la resurrección nacional, cuando los checos salieron de sus casas campestres y al final consiguieron su independencia nacional".
Pero según Vlnas la historia de la resurrección nacional no es la única historia del siglo XIX.
"Lo es también la historia de la relación de la sociedad checa hacia los Habsburgo y su monarquía. Y también, la evolución de esta relación desde el inicial monarquismo genuino hacia la ruptura completa de la nación checa con el Imperio".
El objetivo de la exposición "El Siglo de los Habsburgo en tierras checas" es documentar esta relación y sus cambios. Los autores no lo hacen exponiendo los objetos cronológicamente.
Los han dividido en secciones temáticas que familiarizan al visitante con el ejército como uno de los pilares de la monarquía, capaz de unir a las naciones. O con las visitas de los miembros de la familia imperial a Praga y la influencia que éstas tenían sobre la sociedad checa. O con el culto de los Habsburgo.
"Enseñamos este culto en objetos de uso cotidiano porque el retrato de Francisco José I acompañaba al ciudadano del Imperio desde la cuna hasta el ataúd. Es impresionante en qué objetos increíbles puede encontrarse su retrato, en blancos de tiro, en toallas... Exponemos incluso el uniforme personal del emperador".
Pero la muestra más rara es según Vít Vlnas el texto del escrito de coronación de Francisco José I, rey checo, impreso en papel higiénico después de que el emperador revocara su firma en él.
"La coronación de Francisco José I como rey checo debió celebrarse en 1871, pero al final no se efectuó y los checos no se lo perdonaron nunca. El texto de su escrito no lo imprimieron solamente en el papel higiénico, sino también en pipas para dejar bien claro que la palabra del emperador no vale ni el precio del tabaco para pipa. Varias de esas pipas las exponemos también".
La exposición "El Siglo de los Habsburgo en las tierras checas" está abierta hasta el 19 de septiembre. Pero si no logran verla hasta esta fecha, no se desesperen. A partir de mayo del año próximo, formará parte de la exposición permanente en el palacio de Ctenice, en las afueras de Praga.