El desarrollo en el siglo 21 requiere el respeto de los DD.HH.
Sin el respeto a los derechos humanos no es posible el desarrollo. En ello coincidieron los participantes de un debate en el Parlamento checo sobre las responsabilidades de la República Checa y los nuevos impulsos para el desarrollo internacional.
La guerra fría dividió artificialmente el concepto de los derechos humanos en derechos individuales y sociales, transformando este tema en uno de sus campos de combate. Tan sólo después de la caída del Muro de Berlín en 1989 se abrió el espacio para reconocer los derechos humanos como un complejo indivisible, que abarca no solamente los derechos civiles y políticos, sino también económicos, sociales, culturales, ecológicos, etc. Esas fueron algunas de las conclusiones del debate en el Parlamento.
El vicepresidente de la Cámara Baja, Lubomír Zaorálek, subrayó en la conferencia que la atención que se le dedique a los DD.HH. mostrará si el país es capaz de cumplir con los retos del siglo 21.
“El no respetar los DD.HH. en su integridad puede crear tensiones enormes e incluso colisiones globales. Es evidente que la concepción de los DD.HH. en su conjunto y su respeto ejerce una gran presión en las estructuras democráticas de la sociedad que están obligadas a transformarse”.
Por su parte, el director de la ONG Academia Ecuménica, Jiří Silný, opinó que hace falta abandonar el actual modelo económico centrado en el crecimiento constante y la competencia dura.
“Será necesario, por ejemplo, aumentar el papel del Estado y del derecho internacional, extender la regulación internacional de los mercados financieros. Los ecologistas dicen que lo más efectivo es la economía local basada en la colaboración local. Es decir, tiene que producirse un cambio de mentalidad y luego buscarse caminos concretos sobre cómo solucionar los problemas en el lugar según la situación dada”.Jiří Silný agregó que en la República Checa, en concreto, se precisa una mayor participación de los ciudadanos en la política, la adopción de una ley sobre el referéndum y el aumento de las competencias de la sociedad civil a nivel local. El director de la Academia Ecuménica presentó el reciente informe anual de la iniciativa internacional Social Watch según el cual la República Checa es uno de los tres países europeos, junto con Eslovaquia y Albania, donde se registró un empeoramiento en materia de igualdad de géneros. Se debe a la baja representación femenina en importantes cargos y los salarios desiguales. Las mujeres cobran en promedio un 25 por ciento menos que los hombres por el mismo trabajo.
Milan Smrž, de la asociación europea EUROSOLAR, puso énfasis en el uso de la energía solar para fomentar el desarrollo, apuntando que el 75 por ciento de los problemas económicos está vinculado con el sistema energético.
“Impedir la migración económica y ecológica, aumentar el nivel de democracia en la esfera económica, fortalecer el desarrollo local y regional. Sin todo esto no es posible ningún desarrollo”.
A modo de conclusión, los participantes del debate parlamentario destacaron que la crisis financiera mundial no debería frenar el desarrollo, sino servir como un motor para las innovaciones.