El caso CASA va a los tribunales
La Fiscalía Suprema de Praga presentó una demanda en el caso de la adquisición de aviones militares españoles CASA. La acusación de la compra excesivamente cara va en contra de la ex ministra de Defensa, Vlasta Parkanová, y el ex jefe de la Sección de Armamento, Jiří Staněk.
Tres años más tarde, la Policía acusó a la ex ministra de Defensa, Vlasta Parkanová, de no ordenar una tasación pericial para comprobar el precio de los aparatos, cuyo coste total ascendió a unos 130 millones de euros.
De cara a la acusación, los diputados levantaron la inmunidad y entregaron a la justicia a la ex ministra, que acto seguido dimitió al cargo de vicepresidenta de la Cámara Baja.
Un daño de 30 millones comprende hasta 10 años de prisión
Recientemente la Policía Anticorrupción acusó tanto a Parkanová, como al ex jefe de la Sección de Armamento del Ministerio de Defensa, Jiří Staněk, de abuso de autoridad e infracción de las obligaciones relacionadas con la gestión de bienes ajenos, que causaron al Estado un daño de más de 30 millones de euros.
En caso de ser declarados culpables, ambos podrían ser condenados a hasta diez años de prisión. La ex ministra sigue rechazando toda acusación y está convencida de que su procedimiento no contradijo la ley.“Estoy convencida de la validez del resultado del procedimiento de la compra. Mi conducta fue correcta, hoy procedería igual que entonces”, dijo.
Sin embargo, un año y medio tras la adquisición de los aviones españoles, la República Checa fue acusada por la Comisión Europea de no respetar las reglas de la competencia al no convocar una debida licitación pública.
Aunque el procedimiento judicial fue suprimido en 2011, muchos expertos y medios de comunicación del país seguían criticando el precio excesivo del contrato. Se especulaba que detrás de la adquisición de los aparatos estuvo la intervención de un fuerte grupo de presión de altos funcionarios del Ministerio de Defensa.
Además de la dudosa suma, los aviones se convirtieron en blanco de críticas por la elevada frecuencia de averías que sufrían. Entre los años 2011 y 2012 los aparatos ni siquiera pudieron despegar debido a los fallos de aviónica y del sistema de protección antimisil pasiva.
A modo de compensación por las averías, el consorcio EADS incluso devolvió a la parte checa dos aviones de combate L-159 que formaban parte del pago contractual.