Edna Gómez Ruiz ha dado al Lídice mexicano la música checa

Edna Gómez Ruiz

Edna Gómez Ruiz no nació ni ha vivido en la República Checa, pero podría considerarse ciudadana de este país. Esta profesora mexicana de música consagró su vida profesional a la promoción de la cultura checa entre los niños de San Jerónimo, el Lídice mexicano. El ministro de RR.EE. apreció este año sus esfuerzos galardonándola con el premio "Gratias Agit".

¿Se acuerda de su primer contacto con la cultura checa?, preguntamos a Edna Gómez Ruiz.

"Bueno, el primer contacto fue sin saberlo yo. Bailaba de pequeña el Barrilito y tuvieron que pasar 30 años para que yo supiera que era una polka, Skoda lásky, de Vejvoda".

¿Y dónde lo bailó? ¿En casa?

"No, en mi escuela. Porque antes yo creía, y muchos mexicanos siguen creyendo, que el Barrilito es del norte de nuestro país".


Edna Gómez Ruiz
Durante más de treinta años Edna Gómez Ruiz trabajó como profesora de música y arte en la escuela Casa Popular de San Jerónimo. A pesar de que no habla checo, por medio de la fonética que aprendió sola, enseñó a los niños mexicanos a cantar en ese idioma. ¿Tienen alguna canción checa preferida?

"Cada año se va cambiando un poco, pero hay un popurrí donde está Skákal pes, Holka modrooká y les gusta mucho".

Con la orquesta infantil, que fundó en San Jerónimo, Edna Gómez Ruiz celebró cada año desde 1984 hasta 2006 una ceremonia para conmemorar la tragedia del pueblo checo de Lidice, arrasado el 10 de junio de 1942 por los nazis. La profesora dice que los niños del Lídice mexicano conocen muy bien el triste destino de la aldea checa que dio el nombre a su pueblo.

"No tan sólo la conocen sino que la cuentan cada año. Yo tomo el material, las fotos, y ellos hablan sobre los carteles. Este último año se estuvo hablando ya no de la misma tragedia que todos conocemos sino de lo positivo que dejó. Cómo fue la reconstrucción o cómo es que México fue el primer país que adoptó el nombre en agosto de 1942, y la tragedia fue en junio. Entonces, todo esto para México representa algo muy profundo".

Los mismos niños cuentan luego sobre lo aprendido en la escuela a sus padres, explica Edna Gómez Ruiz.

"Llegan a casa y dicen ´Oye, papá, ¿es cierto que esto pasó en 1942? Y algunos, que son jóvenes, están muy sorprendidos y dicen ´OK, vayamos con el abuelo´. Uno de mis proyectos es hacer un folleto para mi Lídice mexicano para que todos podamos conocer qué es eso".

En septiembre de 2004, la profesora mexicana y sus niños viajaron a la República Checa, siendo invitados por el Senado checo. Durante su estadía visitaron, naturalmente, también el Monumento de Lidice, y entraron en su Galería que reúne obras de artistas del mundo entero que expresan su solidaridad con la tragedia del pueblo.

"Los niños hablan de la Galería con gran orgullo porque saben que esto es internacional y mueve a toda la niñez del mundo para que ya no haya tristeza. Conocen muy bien que el símbolo de Lidice son las rosas. Cuando nosotros estuvimos en 2004 estaba de alcalde el señor Václav Zelenka. Él fue uno de los sobrevivientes, fue germanizado. Entonces, este año a una niña le tocó hablar de su destino mostrando fotos, desde que nació hasta que fue encontrado en 1947 y regresado a su madre. Para mí y para los niños es un orgullo que lo hayamos conocido y hay un proyecto de que si él quiere pueda visitar el Lídice mexicano".

¿De dónde viene esa simpatía que Edna Gómez Ruiz siente por el pueblo checo a pesar de no haber vivido nunca en este país?

"Bueno, los pocos checos que se conocen ... Antes eran nada más diplomáticos, pero hay una colonia, aunque muy pequeña, donde yo empecé a admirar no tan sólo a los checos sino también a los eslovacos, porque era la antigua Checoslovaquia. Es la disciplina, la manera de vivir y de ser gente muy positiva que lo da todo por salir adelante. Entonces, les tengo un gran cariño, una gran simpatía, y mayor todavía es el respeto".

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