Economía checa crece menos de lo esperado

Evolución del PIB de 1993 a 2001, gráfico CTK

El crecimiento de la economía checa es más bajo de lo esperado. En el primer trimestre del presente año, la economía nacional creció tan sólo un 2,5 por ciento, lo que es la tasa más baja desde 1999 cuando el país salió de la recesión. Según los expertos, el crecimiento de la economía checa podría ser mucho más dinámico.

Evolución del PIB de 1993 a 2001,  gráfico CTK
En los últimos meses los checos estaban habituados a oír informaciones alentadoras sobre su economía nacional. Los economistas se regocijaban pensando que la República Checa pudiera convertirse pronto en un tigre centroeuropeo. El dato de que el crecimiento económico del país fue tan sólo del 2,5 por ciento en el primer trimestre, disipó por ahora este sueño.

Los expertos opinan que la República Checa no aprovecha sus potencialidades de crecimiento. Dicen que es como un hombre que aprovecha apenas la mitad de sus capacidades ya que tiene miedo de tomar decisiones de vital importancia y las posterga.

El crecimiento económico de la República Checa ronda en los últimos años el 3 por ciento, pero según los expertos podría crecer el doble. "Si se realizaran las reformas básicas que siguen esperando a la República Checa, la economía nacional podría crecer entre un 6 y un 9 por ciento al año," sostiene Jan Svejnar, profesor de la Universidad de Michigan en Estados Unidos.

También Josef Kovalovský, experto del Banco Comercial Checoslovaco, opina que el potencial de la economía checa es superior al actual crecimiento del 2,5 por ciento. Kovalovský sostiene que el país cuenta con una economía de dos velocidades. Por un lado hay inversionistas extranjeros que son el motor del crecimiento económico gracias a sus factorías altamente productivas. Si el resto de la economía nacional secundara su ritmo, es realista pensar en un crecimiento anual de entre un 4 y un 6 por ciento, opina el experto.

Los analistas señalan que el camino a un crecimiento más rápido del bienestar pasa por una reforma radical de la enseñanza checa. La mano de obra debe tener mejor formación para que las inversiones no se canalicen tan sólo a la producción. Si aumenta la calificación de la mano de obra, a la República Checa podrían venir empresas interesadas en instalar centros tecnológicos los que ofrecerían a los trabajadores salarios más altos e impulsarían la economía.