Dos años después de la pandemia muchos checos prefieren el teletrabajo
Después de la adopción generalizada del teletrabajo durante la pandemia de COVID-19, un importante sector de la población checa desea que se mantenga. Un estudio de la agencia de empleo Randstad indica que los checos ya lo consideran algo estándar y no perciben el teletrabajo como una bonificación laboral.
Los checos quieren seguir trabajando desde casa, pero muchas empresas les convencen para que regresen a las oficinas. Algunas compañías han llegado a ofrecer desayunos gratis y hasta barbacoas para atraer a los trabajadores.
Una encuesta de la agencia de empleo Randstad indica que un tercio de las empresas ha optado por un modelo híbrido con varios días de la jornada laboral en el centro de trabajo.
Petr Douda, analista de la agencia, dijo a la Radio Checa que el impulso para acabar o reducir el teletrabajo parte de las empresas.
“Durante la pandemia caímos súbitamente en el teletrabajo, pero nos acostumbramos. Hoy muchas empresas sostienen que el trabajo en casa se ha convertido en un obstáculo, en el sentido de que la gente no se reúne en las oficinas y desaparece el diálogo, las ideas y las soluciones. Esto puede impedir que algunas empresas crezcan y se desarrollen”.
Después de la experiencia de los dos años de pandemia, los empleados prefieren un modelo más flexible que les permita cumplir sus obligaciones laborales y compaginar la vida familiar, indicó Douda.
“Las personas que buscan trabajo prefieren compañías que garanticen cierto grado de flexibilidad. La situación ha llegado a tal punto que muchos empleados optan por renunciar y buscan otra empresa con modelos laborales flexibles, donde pueden organizar sus horarios de trabajo. Para ellos el teletrabajo no es una bonificación, lo consideran algo estándar”.
Durante la pandemia, el teletrabajo estuvo regulado por normas extraordinarias que obligaban a las empresas a garantizar a los trabajadores un determinado número de días de trabajo en casa para evitar la proliferación del COVID. Muchas compañías y personas tratan de llegar a un compromiso en forma de modelo híbrido que a simple vista se presenta como la vía ideal. No obstante, el reporte de Randstad advierte ante el peligro del síndrome del trabajador quemado.
“El teletrabajo es la mejor opción para muchas personas. En casa hay tranquilidad, confort y un mayor grado de concentración. Hoy se quiere una mejor distribución de la jornada laboral y el tiempo que dedicamos a la familia. Pero sabemos que desde casa se trabajan muchas más horas que en la oficina y aumenta así el riesgo de la cronificación del estrés laboral, que conlleva al llamado síndrome del trabajador quemado”.
Las empresas que prefieren tener a sus empleados en las oficinas argumentan que una razón de peso para el retorno es la seguridad cibernética. La mayoría de los trabajadores usan sus cuentas personales de internet y fácilmente pueden ocurrir fugas de información confidencial.
Desde la agencia Randstad indican que el año pasado un 40% de las personas trabajaban desde casa en Chequia.
A partir de la eliminación de las regulaciones del teletrabajo por el COVID y las consecuencias de la crisis energética que se avecina, todo puede cambiar y la gente opte por volver a los centros de trabajo.