Dalibor Knejfl: un checo que desertó del Ejército nazi para unirse a la guerrilla italiana

Dalibor Knejfl, veterano checoslovaco de la Segunda Guerra Mundial, foto: Daniel Konewka

El día 8 de mayo se celebra el fin de la Segunda Guerra Mundial. En esta ocasión hablamos con Dalibor Knejfl, veterano checoslovaco, quien entró al Ejército del Protectorado Bohemia y Moravia, territorio ocupado por la Alemania nazi, para luego desertar y unirse a la guerrilla italiana.

Fuente: archivo de Dalibor Knejfl

Dalibor Knejfl,  veterano checoslovaco de la Segunda Guerra Mundial,  foto: Daniel Konewka
Según las estadísticas del Instituto de Estudio de los Regímenes Totalitarios y el Instituto Militar Histórico, uno de cada dos generales checoslovacos del Ejército del Protectorado Bohemia y Moravia fue ejecutado, torturado o encarcelado por ayudar a los grupos de resistencia. Uno de cada cinco murió en la lucha partisana. Los checoslovacos no se doblegaron ante el dominio nazi.

Dalibor Knejfl nació el 14 de enero de 1925 en la entonces joven Checoslovaquia. Su padre era panadero y luego se dedicó también a la ferretería. El pequeño Dalibor iba aprendiendo de su padre. Sin embargo, todo cambió cuando tenía 13 años con la ocupación nazi, y con la fundación del Protectorado de Bohemia y Moravia bajo el control de Alemania.

Uno de los primos de Dalibor era capitán, y gracias a él, este pudo entrar en 1943 en el Ejército del Protectorado, ya con la intención de unirse a la resistencia, cuenta Knejfl, ahora de 93 años de edad.

Dalibor Knejfl,  veterano checoslovaco de la Segunda Guerra Mundial,  foto: Daniel Konewka
''Bueno, terminé los estudios y me visitó un primo, quien antes había sido capitán del Ejército de Checoslovaquia. Este primo me dijo que si quería, había posibilidad de entrar en la resistencia. Me dio instrucciones de cómo entrar en el Ejército del Protectorado, y me informó sobre dónde había que ir para llegar a tener contacto con la resistencia''.

El Ejército del Protectorado no aceptaba a todos los aspirantes. Se consideraba bastante el origen ario y Knejfl sostiene, que además de la ayuda de su primo también su apellido, podría haber jugado a su favor.

''Entonces conseguí la hoja de inscripción al Ejército del Protectorado y me invitaron al reclutamiento. Allí me quedé bastante sorprendido, porque a un hombre que parecía mucho más fuerte que yo le echaron y a mí me aceptaron. Pienso que tenían que ver con dos cosas, probablemente mi primo había trabajado para que pudiera ingresar de alguna manera, y también mi nombre medio alemán podía haber ayudado''.

Dalibor Knejfl aceptado al ejército,  foto: archivo de Dalibor Knejfl
En el Ejército, Dalibor pasó por el entrenamiento de tiro y de otras actividades militares. Se les pagaba la soldada, el alojamiento y la comida. Sin embargo, también era necesario asistir a clases del alemán.

En 1944, les mandaron a Italia. Dalibor consiguió un par de diccionarios checo-italianos y se fue. Explica que a pesar de que podía haber habido unos checos que colaboraban con los alemanes, para la mayoría se trataba de una oportunidad de desertar.

''Nos mandaron a Italia, porque tenían miedo de que en el frente del este pudiéramos desertar a las tropas rusas. Entonces fuimos a Italia, donde estuvimos en un cuartel en las orillas del río Piave, en total dos batallones de checoslovacos. Nuestro objetivo era vigilar los ferrocarriles''.

Foto: archivo de Dalibor Knejfl
Se trataba de los ferrocarriles en el valle de Susa, muy cerca de la frontera con Francia. Disponían de algún tiempo libre, entonces visitaban la ciudad y saboreaban el vino local. Sin embargo, el tiempo libre fue también una oportunidad de encontrarse con la resistencia italiana.

''Bueno, había uno de nosotros, que era capaz de comunicar cualquier cosa con las manos. Yo llevé conmigo a Italia un diccionario. Entonces se lo pasé a este muchacho y él se fue a buscar leche. Allí mencionó que quería desertar y pasar a cooperar con los guerrilleros italianos antifascistas. El hijo del lechero era uno de los guerrilleros. Este se puso de acuerdo con el jefe de la guerrilla y nos encontramos en la viña. Nos pusimos de acuerdo en que podíamos fingir un asalto, disparar al aire. Pues la realidad era que ya antes del inicio del tiroteo, nuestro equipaje ya lo transportaban a las montañas. Así logramos escapar''.

La deserción tuvo que ser tramada, ya que los soldados tenían miedo de que si sencillamente escapaban, podrían poner en peligro a sus familiares en el Protectorado.

Foto: archivo de Dalibor Knejfl
En junio de 1944, Dalibor se alistó con un par de compañeros en las filas de la resistencia italiana. Todos planeaban cruzar la frontera con Francia, pero esto resultaba muy difícil, y varios tuvieron que quedarse en el territorio de Italia.

''Sí, uno murió cuando estábamos examinando el terreno. Queríamos pasar la frontera con Francia en la región de Susa para poder sumarnos a las tropas checas en Francia. Era muy difícil, y le mataron junto con dos italianos''.

A Dalibor le dieron el apodo de Bambino por lo joven que era. Allí en las montañas les tocaba ayudar a la guerrilla italiana. Comían sobre todo arroz y pasta, cuenta Dalibor. Esperando la llegada de las tropas estadounidenses, tenían que resistir los ataques alemanes. Sin embargo, la voluntad de cruzar la frontera a Francia para poder luchar junto con sus compatriotas les llevó a otro intento de traspaso durante el cual fueron capturados por los alemanes.

Dalibor Knejfl  (a la izquierda),  foto: archivo de Dalibor Knejfl
''Participamos en la guerrilla contra los alemanes. O sea, más bien ayudábamos a defender la guerrilla contra los ataques de los alemanes. Un día nos llegó la información de que ellos ya no se encontraban por allí. Salimos de los refugios, pero inmediatamente nos rodearon. Nos quitaron las armas. Luego investigaron nuestro pasado, y en los documentos del Ejército del Protectorado se ponía que habíamos sido asaltados por la guerrilla. Nos pusimos de acuerdo con los demás sobre lo que íbamos a contar en el juicio, para que se coincidiera. Y ellos nos mandaron a los grupos de trabajo. En otro caso nos hubieran matado''.

Eso fue en diciembre de 1944. Las tropas estadounidenses estaban abriéndose paso hacia el este y los capturados esperaban. Tanto la Gestapo como el resto de los jefes alemanes permanecían convencidos de que todos habían sido asaltados. Para evitar cualquier posibilidad de revelación, los capturados se comieron sus documentos de identificación de la guerrilla italiana.

Partisano Dalibor Knejfl  (1944),  foto: archivo de Dalibor Knejfl
Dalibor menciona que llegó a conocer en esta época a una muchacha italiana. Hasta hoy en día tiene una foto de ella en su álbum lleno de recuerdos de Italia.

''Pues cuando se luchaba, no había tiempo para estas cosas. Pero luego cuando nos capturaron e incorporaron en un grupo de trabajo cerca de Lago de Garda, allí encontré a una muchacha italiana. Su madre era checa''.

Finalmente, la llegada de los estadounidenses les salvó, cuenta Knejfl.

''Estuvimos en la región de Lago de Garda, y una mañana se notaba que había mucho movimiento, pero no podíamos reconocer a la distancia qué tipo de uniformes usaban los que estaban por allí. Entonces les dije a mis amigos, que me dieran las botellas, que iba por agua. Y que si eran alemanes, iba a decir que teníamos heridos y necesitábamos agua, y que si son americanos, vamos a ver. Tuvimos buena suerte. Cuando llegué, uno de los jefes americanos era de origen polaco. Entonces nos comunicamos más o menos. Este me llevó a otro jefe que ya se encontraba en nuestra antigua oficina. Y este era un americano de origen checoslovaco. Hablamos checo, y me mandó a buscar al resto''.

Foto: archivo de Dalibor Knejfl
En aquel momento terminó la aventura de Dalibor Knejfl. Los soldados fueron transportados a Praga, donde tuvieron que quedarse unas dos semanas en los cuarteles y luego fueron incorporados en el renovado Ejército de Checoslovaquia.

Dalibor Knejfl tuvo el papel de entrenar a los novatos y también fue jefe del pelotón de exploración. Después de algún tiempo le mandaron a la sección de abastecimiento. Cuando dejó el Ejército, trabajó en una fábrica de textil y su último trabajo antes de jubilarse fue como inspector de extintores.

Dalibor Knejfl,  veterano checoslovaco de la Segunda Guerra Mundial,  foto: Daniel Konewka

Hoy vive en un pequeño pueblo de Dolní Dobrouč en el noroeste de Bohemia junto con sus álbumes y memorias.

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