Cuidado, está prohibido
Pasear por Praga es como estar en un sueño, como ser un ciudadano de la Edad Media. Sin embargo, puedes despertar de repente al oír que un policía te está pidiendo la documentación. Y es que hay algunas prohibiciones aquí que resultan muy extrañas para los latinos, aunque comprensibles cuando uno se detiene a analizarlas.
También está prohibido cruzar los pasos de peatones cuando el semáforo está rojo aunque no haya ningún coche a la vista. Esta norma es común en casi todo el mundo, pero lo extraño es que aquí multen por esto. Tal y como le pasó a Nadia Vega, una estudiante española de intercambio en la República Checa.
“Fuí a cruzar un paso de cebra, yo pensaba que el semáforo estaba en verde para los peatones, pero resulta que no, que acababa de cambiar a rojo. Entonces yo cruzé y a mitad de la caterrera el tranvía me pitó, entonces me fuí corriendo a la acera y seguí mi danza y vino un polícia detrás mía, diciéndome que me había saltado el semáforo, que estaba en rojo, y que eso estaba prohibido. Entonces me sacó un papelito, que yo intuí que era una multa, efectivamente era una multa, y bueno, pues se la tienes que pagar en el momento, si no llevas dinero, la tarjeta de crédito y si no llevas tarjeta no sé si duermes en el calabozo o te meten en prisión preventiva. Y nada, esa fue una de mis experiencias en Praga los primeros días”.
Lo más chocante es que el precio de las sanciones oscila según la consideración del policía, de manera que, hay establecido un máximo de 40 euros por fumar en las paradas de los transportes públicos y, unos 80 por cruzar los pasos de peatones con el semáforo en rojo. Así que, te encuentras inmerso en el medievo tratando de hablar con un policía en checo que comienza preguntándote cuándo dinero tienes para que pagues la multa por haber cruzado la calle por un sitio no permitido.Ciertamente, mantener un comportamiento vial ordenado contribuye a agilizar el tráfico y la circulación de todos en general; por lo tanto, quizás debamos adoptar algunas de estas costumbres que ahora nos resultan tan peculiares.