Cómo se entretenía Praga en el siglo XIX

Paseos a las afueras de la fortificación de la ciudad, excursiones en tren a Dresde, bailes, juegos de bolos o visitas al circo. Los ciudadanos de Praga siempre sabían divertirse a su gusto. Cuenta de ello un voluminoso libro titulado simplemente Diversión y festejos de la Praga antigua.

La nueva publicación histórica nació inspirada por una exposición que se celebró hace tres años en el Museo de la Capital Praga. A su autor, Zdeněk Míka, le dio pena que el material expuesto volviera a desaparecer en los depositarios, y decidió retomarlo en un libro. Ahora también los lectores conocerán cómo sabían divertirse los habitantes de Praga, qué vida social llevaban y cómo aprovechaban su tiempo libre en la época desde mediados del siglo XVIII hasta los comienzos de la Primera Guerra Mundial, según explicó Zdeněk Míka.

“Praga se divirtió muy bien, pero hay que tener en cuenta que no era nada más y nada menos que otras ciudades. Naturalmente, en Viena o en París la vida social y de ocio era incomparablemente más exuberante. Sin embargo, los praguenses hacían lo que podían, como demuestran las 624 imágenes y los textos que contiene el libro”.

A medida que se hacía más rica, la burguesía de Praga quería ponerse a la par con la nobleza. Empezó a salir a los alrededores de la ciudad, a pie o en carroza, donde había jardines, granjas agrícolas e incluso viñedos que fueron desapareciendo debido a las importaciones de vino de calidad de toda Europa. En la segunda mitad del siglo XIX se hicieron muy populares las excursiones en barco a vapor.

Otro pasatiempo muy concurrido fueron las fiestas de los Santos, por ejemplo, la de Santa Margarita en Břevnov a mediados de julio, y la de San Mateo, vinculada con la llegada de la primavera. Por otro lado, florecía el azar, se jugaba a los dados, que posteriormente fueron reemplazados por barajas con imágenes atractivas.

No estaba mal la vida en Praga en el siglo XIX, pero Zdeněk Míka no cambiaría.

“Yo siempre titubeo cuando alguien dice que desearía vivir, por ejemplo, en el siglo XIX. Esa persona sólo ve la cara positiva de esa vida, pero ésta era igual de difícil, o incluso más difícil, que hoy. ¡Imagínense la calidad de la asistencia médica entonces! La esperanza de vida alcanzaba los 50, 60 años. Yo creo que la época en la que estamos viviendo es siempre la mejor”.

Así opina el autor del libro Diversión y festejos de la Praga antigua.