Ciencia
El científico checo Jan Vondrák es miembro del equipo de investigadores que ganó el segundo premio Descartes 2003 de la UE. En la República Checa aumenta el número de pacientes siquiátricos. El próximo año empezará a funcionar el Registro de personas que no consienten la retirada de sus órganos después de la muerte- éstos son los temas que abordaremos en esta edición del espacio Ciencia y tecnología.
Científico checo trabajó en proyecto galardonado con el premio Descartes
El científico Jan Vondrák del Instituto de Astronomía de la Academia Checa de Ciencias es miembro del equipo científico internacional que obtuvo el segundo premio Descartes 2003 de la Unión Europea a los mejores trabajos de alta tecnología y ciencia en Europa.
El colectivo, encabezado por la profesora Veronique Dehant de la Academia Real de Astronomía, de Bruselas, elaboró el hasta ahora más preciso modelo de las irregularidades de la rotación de la Tierra.
El globo terrestre, una esfera achatada en los polos y más ancha en el ecuador, gira alrededor de su eje. Sin embargo, el eje de la Tierra se desplaza. Ello se debe a la atracción de la Luna y del Sol y de los planetas que distorsionan la rotación de la Tierra.
El científico checo Jan Vondrák estudia las irregularidades de la rotación de la Tierra desde hace dos décadas. Después de 1980 publicó trabajos sobre la influencia de los planetas sobre el desplazamiento del eje de la Tierra, aspecto no estudiado suficientemente hasta entonces. A raíz de este aporte científico le fue ofrecida la posibilidad de trabajar en el proyecto paneuropeo que acaba de ganar el segundo premio Descartes 2003.
¿Para qué se necesita conocer la orientación precisa del eje de la Tierra? Es importante para los sistemas de posicionamiento global por satélite como el GPS y para la navegación cósmica.
Conocer la orientación precisa de la Tierra en el espacio es indispensable también para el trazado de las redes geodésicas, para el seguimiento de las deformaciones locales de la corteza terrestre y para el estudio de las entrañas de la Tierra y de su núcleo.
En la República Checa aumenta el número de pacientes siquiátricos
En la República Checa aumenta el número de pacientes siquiátricos. En 1996 fueron atendidos en los consultorios siquiátricos 240 mil personas. El año pasado consultaron a un siquiatra 400 mil personas.El aumento del número de pacientes que se dirigen a un consultorio siquiátrico refleja el hecho de que la siquiatría viene perdiendo en la República Checa el estigma negativo. Sin embargo, sólo una pequeña parte de las personas que lo necesitan consulta a un siquiatra, aunque la sociedad contemporánea exige a la psique humana mucho más que antes. Crece principalmente el número de trastornos neuróticos y afectivos y de depresiones que afectan sobre todo a la joven generación.
La remuneración financiera de los siquiatras es mucho más baja que la de las otras especialidades médicas. A pesar de ello, los jóvenes médicos checos desean trabajar en la siquiatría. Su aporte es necesario para que esta rama de la medicina mejore las condiciones del tratamiento de los pacientes. Además, las autoridades sanitarias deberían tomar en consideración que en la República Checa hay un 25 por ciento menos de siquiatras que en la Unión Europea.
Registro de personas que no consienten donación de sus órganos
El programa de transplantes en la República Checa se prepara para la introducción de una novedad: el primero de septiembre de 2004 empezará a funcionar el Registro nacional de personas que no consienten la retirada de sus órganos y tejidos después de la muerte y su uso para los transplantes.
Los médicos tendrán que consultar el registro en su ordenador para enterarse de si pueden o no retirar órganos a una persona cuyo cerebro está muerto, pero sus riñones, corazón, hígado o pulmones siguen funcionando y podrían ser utilizados para el transplante.
En la actualidad está en vigor en la República Checa la ley del supuesto consenso con la retirada de los órganos para los transplantes. En caso de que los familiares se opongan categóricamente, los médicos respetan su deseo, aunque ello no tenga apoyo en la ley vigente.