Chequia rechaza las acusaciones de Polonia de que desprecia la calidad de sus productos alimenticios

Foto: archivo de Radio Praga

Chequia se opone a las acusaciones de Polonia de que Praga intenta desacreditar los productos alimenticios polacos importados al mercado checo. Las autoridades checas consideran inadecuada la advertencia de la Embajada polaca en Praga de que las constantes críticas de la calidad de los alimentos fabricados en Polonia podrían afectar las buenas relaciones de vecindad entre los dos países.

Foto: archivo de Radio Praga
Según datos de la Inspección Estatal Agrícola y de Alimentos checa, el 24,1% de todos los productos alimentarios que el año pasado fueron calificados de inconvenientes para el consumo, procedían de Polonia. Este porcentaje fue el mayor de entre todos los países cuyos alimentos se importan a la República Checa. Entre los productos nacionales resultó inconveniente el 14,5% de los alimentos.

Las autoridades checas sostienen que en Europa existe un mercado abierto de alimentos y que para cada país lo fundamental es que los consumidores dispongan de una amplia oferta de productos de alta calidad, según recalcó el ministro de Agricultura, Petr Bendl.

”Lo primordial para nosotros no es el origen de un producto alimenticio, da igual si proviene de tal o cual país. Lo que sí nos importa es la calidad del producto y en este aspecto tenemos que distinguir a los productores que venden alimentos inconvenientes”.

 Petr Bendl,  foto: Filip Jandourek
Varsovia afirma que la calidad de los productos alimentarios polacos alcanza la media europea y que Chequia pretende impulsar con sus críticas una mayor venta de los alimentos nacionales en perjuicio de los importados. Praga calumnia supuestamente los alimentos polacos para reducir al mínimo su demanda entre los consumidores checos y desplazarlos del mercado local.

Los expertos checos admiten que a pesar de la mala calidad de algunos productos polacos, éstos nunca causaron la muerte de nadie. A diferencia por ejemplo, del alcohol ilegal adulterado fabricado y vendido en Chequia, que mató a unas 40 personas en este país y a unas 10 en Polonia. Al mismo tiempo rechazan las acusaciones de Varsovia y recuerdan que en los últimos años el sector alimenticio polaco enfrentó varios escándalos, entre ellos el de la venta de sal industrial como sal de mesa, la venta de carne podrida y de polvo de huevos secos con alto contenido de bacterias dañinas.

Sea como fuere, el interés de los consumidores checos por los alimentos polacos no disminuye, sino todo lo contrario, según lo confirman datos oficiales sobre las importaciones de este tipo de productos. Desde el año 2000 hasta el presente, la participación de alimentos de Polonia en el mercado checo se incrementó en un 200%, mientras que la de los productos alemanes creció sólo un 50%.