Chequia podría prescindir de los cazas Gripen en 2012

Jas-39 Gripen, foto: www.army.cz

El primer ministro checo, Petr Nečas, ha abierto el debate sobre si es necesario que la República Checa prolongue el alquiler de 24 cazas Gripen del consorcio sueco-británico BAE Systems/Saab. Además, según Nečas existen dudas sobre la transparencia de la licitación.

La caja de Pandora de las compras de armamento de la República Checa lleva ya varios meses abierta y, de momento, ya hay toda una serie de sospechosas adquisiciones que aclarar, llevadas a cabo en algún momento por el Ministerio de Defensa, desde los blindados Pandur hasta los vehículos Tatra, pasando por los aviones CASA.

En este clima de dudas respecto a la transparencia financiera del Ejército, el primer ministro checo, Petr Nečas, ha iniciado el debate sobre si será necesario o no que la República Checa renueve en 2015 el contrato para el alquiler de 24 cazas Jas-39 Gripen, de fabricación sueco-británica, y en general, si el país necesita este tipo de aeronaves.

La oferta de debate ha sido bienvenida por la oposición socialdemócrata, no así por las Fuerzas Armadas. Prescindir de estos aviones dejaría gravemente debilitado al Ejército del Aire checo, según el excomandante del Estado Mayor, Jiří Šedivý.

“La República Checa no puede quedarse sin aviones supersónicos. No podemos convertirnos en uno de esos países que para mantener su soberanía necesita del apoyo de otros estados”.

Además de la política de austeridad que lleva a cabo el Gobierno, la duda en torno a la continuación de los Gripen tiene que ver con las sospechas de corrupción surgidas acerca del alquiler de los aviones. La empresa BAE Systems ha sido investigada en Gran Bretaña bajo sospecha de haber realizado sobornos en Chequia, Hungría y Austria.

De hecho, Nečas ha advertido que en el caso de que se decida alquilar o comprar otros cazas, el consorcio sueco-británico no podrá participar en el concurso, a menos que hagan públicos los detalles del caso de corrupción en el que se han visto envueltos. El primer ministro exigió información sobre la parte checa del asunto.

Petr Nečas,  foto: ČTK
“No es posible que el Instituto Anticorrupción Británico constate que hubo corrupción, que el caso se solucione con el pago de una multa, y que todos hagan como si nada hubiera pasado”.

El contrato de alquiler de los cazas supuso para la República Checa un pago de 800 millones de euros. Las negociaciones se cerraron en 2003, en los tiempos del primer ministro Vladimír Špidla, del Partido Socialdemócrata. El plan original, iniciado en 1997, comprendía la compra de los aviones, pero la negativa del Senado y la situación económica del país, azotado por las inundaciones, hicieron que Špidla se decidiera por el alquiler.

Autor: Carlos Ferrer
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