Chequia no ve razones para dejar de poner la vacuna de AstraZeneca  

Foto: ČTK / Miroslav Chaloupka

Alemania, España, Italia o Francia y otros países europeos suspendieron este lunes la aplicación de la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus por las sospechas surgidas tras varios casos de trombos producidos tras su inoculación. El ministro de Salud, Jan Blatný, anunció que Chequia continuará poniendo dosis de AstraZeneca porque no se tiene evidencia de la relación de la vacuna con estos episodios.

El ministro alemán de Salud, Jen Spahn, anunció este lunes que Alemania suspendía la vacunación con AstraZeneca siguiendo las indicaciones del órgano regulador del país, tras detectarse siete casos en su país de coágulos de sangre. Horas después, otros grandes países europeos como Francia, Italia o España secundaban la decisión alemana y se unían a Islandia, Rumanía, Bulgaria o Países Bajos, entre otros, que ya desde la semana pasada habían dejado de aplicar esta vacuna por sospechas similares.

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En los últimos tiempos, algunas regiones de varios países miembros habían retirado lotes de AstraZeneca, famosa también en las noticias por sus frecuentes anuncios de recortes en el suministro de dosis pactado originalmente con los países de la Unión Europea.

El ministro de Salud alemán recalcó que no se trataba de una decisión política. En la Unión Europea, hasta el 10 de marzo se habían dado un total de 30 episodios tromboembólicos sospechosos tras recibir esta vacuna. En particular, preocupan 11 casos de trombosis muy poco frecuentes.

La Agencia Europea del Medicamento está investigando todos estos casos y el jueves se reunirá de forma extraordinaria para emitir su resolución al respecto. Por el momento, lo que señala es que se trata de muy pocos casos tras haber sido aplicadas millones de vacunas y que la incidencia de esta dolencia se corresponde con la media habitual entre la población europea.

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Chequia, por su parte, no se sumará por el momento a esa decena de países de los Veintisiete que han dejado de aplicar la vacuna de AstraZeneca. El ministro de Salud, Jan Blatný, después de reunirse este lunes con responsables del Instituto Estatal para el Control de Medicamentos, explicó que no se tiene constancia de ningún efecto secundario grave provocado por esta vacuna.

“Por la información que tenemos a nuestra disposición, de momento no se ha demostrado que haya una relación entre la vacuna y estos incidentes que lleven a establecer una sospecha sobre su seguridad hasta el punto de hacer necesaria la detención de la vacunación de forma temporal o definitiva. Nos guiamos por estos datos”.

Petr Šonka,  foto: ČT24
En Chequia, hasta la noche de este lunes se habían aplicado casi 135 000 dosis de AstraZeneca, el 12% del total. A diferencia de otros países en los que se optó por no poner esta vacuna a personas a partir de 55 años u otra edad ante la falta de estudios con personas mayores, en Chequia es básicamente a las personas de mayor edad las que han recibido esta inmunización.

Aunque es esta vacuna la que provoca mayores temores entre la población. En algunos casos, la persona registrada para ser vacunada se da media vuelta al ser informada de que recibirá una dosis de AstraZeneca. Pero no son muchas, como reconoció para la Radio Checa Petr Šonka, presidente de la Asociación de Médicos de Cabecera.

“No se trata de algo masivo, sino que son solo algunos pocos individuos de cada cien. Si alguien no confía en la vacuna no podemos obligarle y lo único que hacemos es pasar al siguiente en la lista de espera. Esta persona tendrá que esperar a que haya otra vacuna disponible. Pero por ahora, por desgracia, la situación no permite poder elegir”.

Foto: Tim Reckmann,  Flickr,  CC BY-NC 2.0

AstraZeneca se defiende de las sospechas con el dato de que ya se han aplicado 17 millones de dosis entre la Unión Europea y el Reino Unido y sus estudios no han demostrado ningún aumento del riesgo de formación de coágulos.

Las propias autoridades sanitarias del Reino Unido o la Organización Mundial de la Salud defienden esta misma postura, pero recuerdan los beneficios de inmunizar a la población contra una enfermedad que está matando a millones de personas en todo el mundo.

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