Caballos salvajes ayudarán a salvar plantas y escarabajos
Una manada de caballos salvajes traídos hace poco a Chequia desde Gran Bretaña podría ayudar a restablecer la antigua flora y fauna de la zona de Milovice, al noreste de Praga, que fue durante largo tiempo un campo militar. Así lo supone el proyecto de la compañía sin fines de lucro Česká Krajina (Naturaleza Checa), que cuenta con el apoyo de varios especialistas medioambientales.
La compañía sin fines de lucro Česká Krajina se trazó el objetivo de participar en esa tarea mediante un proyecto que se basa en la recuperación natural del ecosistema de Milovice por medio de la cría de caballos salvajes. Desde Gran Bretaña fueron traídos recientemente a Milovice los primeros 14 caballos, que actualmente se están acostumbrando a su nuevo hábitat, sostiene Dalibor Dostál, director de Česká Krajina.
”Los caballos se están adaptando bien y así comienzan a cumplirse nuestras esperanzas respecto al comportamiento beneficioso de estos animales. O sea, se alimentan de las hierbas y el pasto de peor calidad, incluso del que otros animales no comen. También les gustan los pequeños arbustos, cuyas semillas son traídas al lugar por el viento. Esto es importante porque de otra forma, si crecieran aquí árboles y grandes arbustos, la vegetación típica local de estepa desaparecería dentro de unos años”.
Česká Krajina colabora en la salvación de la zona de Milovice con la administración de las poblaciones cercanas, y con especialistas de la Academia de Ciencias Checa. Miroslav Jirků, del Departamento de Biología, destaca que el ecosistema de Milovice es muy especial y es necesario protegerlo.”Hay allí varias especies de crustáceos que habitan pequeñas rebalsas o charcos. Es paradójico, pero la circulación permanente de tanques por el área en el pasado llevó a la creación de nuevos charcos, lo que ayudó a la proliferación de esas especies. Actualmente desaparecen nuevamente, por lo que esperamos que la presencia de los caballos salvajes lleve al restablecimiento de condiciones naturales aptas para los crustáceos. Lo mismo vale para los escarabajos. Los excrementos de los caballos sirven de alimentación para numerosas especies raras e igualmente son un abono para las plantas”.
Mientras no se adapten del todo a su nuevo hogar, los caballos estarán bajo el control permanente de los zoólogos. Se calcula que dentro de una semana aproximadamente podrán abandonar el redil de cuarentena y correr por los prados de Milovice, que tienen una extensión de 40 hectáreas. La compañía Česká Krajina tiene programado criar allí también uros y otras especies de bovinos salvajes.