Policía checa utilizará caballos húngaros para mantener el orden público
La Unidad de Caballería de la Policía checa compró tres caballos a Hungría que ayudarán a imponer el orden durante las manifestaciones callejeras y actividades deportivas con gran concentración de personas. Se trata de caballos de la raza Nonius utilizados como instrumentos de prevención de disturbios y seguridad en varios países de Europa.
Un policía a caballo equivale a diez en tierra. Partiendo de esa regla de la aritmética del aparato de seguridad, la República Checa compró a Hungría tres caballos para reforzar las tareas de la Unidad de Caballería de la Policía. Se trata de caballos raza Nonius, dos están destinados para Praga y uno para la ciudad de Brno.
El director de la Policía Antidisturbios, Martin Hrinko, dijo a la Radiodifusión Checa que los animales fueron especialmente escogidos y que cumplen todos los parámetros requeridos por los jinetes.
La Unidad de Caballería dispone ahora de un total de 43 animales. Los nuevos serán adiestrados durante un año antes de entrar en acción. De acuerdo con el entrenador Karel Pospíšil se trata de animales muy fuertes con muchas prestaciones.
“Estos caballos fueron criados para fines militares. Son tranquilos, trabajadores y muy fuertes. Debemos imaginarnos que sobre su lomo cargan a un jinete con silla, lo que puede alcanzar hasta los 100 kilos de peso”.
Las unidades de caballería se han convertido en una herramienta de primera necesidad para la Policía checa. Los expertos sostienen que un policía uniformado sobre un caballo produce un efecto muy significativo sobre las masas durante las alteraciones del orden público.
Conocida también como la Policía Montada, esta unidad sirve para realizar patrullajes en operativos de prevención y represión. Desempeña un papel insustituible en espacios como jardines, parques y plazas, lugares de difícil acceso para los vehículos policiales.
