Caballos andaluces se crían también en la RCh

horice_kun2.jpg

Los caballos andaluces es una raza equina noble y ancestral. Su presencia en la Península Ibérica se calcula desde la época de los romanos. Se mezcló con el beréber y el árabe en la época en que los árabes dominaban España. Esta mezcla hizo que el pesado caballo autóctono consiguiera la elegancia y porte que le destina para la doma. Jana Valová es una checa que se enamoró de la Pura raza española y que hace varios años inició su cría en la República Checa.

Jana Valová conocía por referencia a los caballos andaluces desde su niñez, pero por primera vez los vio con ojos propios en Australia, adonde emigró con su familia en 1968.

"Me atrajeron sus ojos españoles, briosos, calurosos y triangulares. Cuando Vd. mira al caballo andaluz, ve que quiere darle un trozito de su corazón y es lo que nunca me ha dejado de fascinar. Fue un amor a primera vista y para toda la vida".

Jana Valová soñaba con que cuando sus hijos terminaran en la Universidad, se compraría una pareja de Pura raza española. Los hijos terminaron y ella estaba a punto de convertir su sueño en realidad en Australia.

"Pero luego, en 1989, se produjo la Revolución de Terciopelo, que puso fin al comunismo en la antigua Checoslovaquia y se me abrió la posibilidad de regresar a la patria. Y me dije: ¿Por qué criarlos en Australia cuando puedo criarlos en la finca familiar que me fue devuelta en la restitución? En el camino a la República Checa me detuve en Barcelona. Pasé por más de diez establos hasta encontrar a mi caballo soñado. Fue Jalía, una potra preñada de seis años que tiene una gran personalidad y es del antiguo tipo barroco".

Junto con Jalía, Jana Valová adquirió también a otra potra, Jabata. Hoy en día, tiene seis caballos andaluces en su finca situada en la pequeña aldea de Cesov, en Bohemia Oriental. Garbarita es la primera potranca y Jalío el primer potrillo nacidos en la República Checa.

La cría de caballos andaluces no es nada fácil desde el punto de vista financiero. Un caballo medio, destinado a la doma española, cuesta medio millón de coronas como mínimo, unos 17 mil euros.

"El mayor problema con que me he topado fue el de encontrar a un buen entrenador. Más de veinte jinetes trataron de montar a mis caballos, pero no estuve satisfecha. Soy muy exigente porque el caballo andaluz necesita a un hombre caluroso y con gran corazón. Si no lo siente, no le obedece. Por suerte he encontrado a Roman Kmínek".

El jinete Roman Kmínek conoció muchas razas equinas en varios países europeos y afirma que la Pura raza española no tiene el parangón.

"Son mucho más inteligentes que cualquier otro caballo. Aprenden muy fácil y rápidamente, tanto las cosas buenas como las malas. Se esfuerzan mucho por colaborar pero no se les puede entrenar durante mucho tiempo, basta media hora dos veces a la semana. Y, sobre todo, exigen un trato fino y gentil, si se les trata con fuerza, no cooperan. Les entreno con música española, que es muy rítmica. La adoran porque sienten la posibilidad de exhibirse".

Y ustedes, estimados amigos, han montado ya a un caballo andaluz?