Brno, ¿el último deseo de Franz Kafka?

Franz Kafka, foto: public domain

Historiador especializado en regímenes totalitarios, Pavel Paleček decidió convertir en un curioso hostel y museo la sucursal en Brno de la compañía de seguros en la que trabajaba Franz Kafka. Durante ese trabajo de casi dos años empezó a preguntarse si el famoso autor había visitado alguna vez la segunda ciudad más importante de Chequia. Luego de recibir rotundas negativas por parte de especialistas, una respuesta del prestigioso biógrafo Rainer Stach lo llevó a pensar que, tal vez, no estaba tan equivocado.

Recepción | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Pavel Paleček es un historiador especializado en totalitarismos. Escribió varios libros al respecto y también realizó algunos documentales. Sin embargo, y a pesar de todos los obstáculos de la pandemia, recibió un curioso préstamo por parte de la ciudad de Brno: el edificio donde funcionaba la sucursal de la compañía de seguros donde trabajaba Kafka en Praga que, en su momento, había sido expropiado por el comunismo. Paleček decidió transformarlo en un hostel muy especial que, gracias al trabajo como curador del periodista Zdeněk Skokan, mantiene la estructura y la atmósfera bastante tenebrosa del hospital que, en su momento, instaló la propia compañía de seguros para ahorrar costos. Para Paleček se trata de un proyecto fascinante que, a diferencia de lo que ocurre con sus investigaciones académicas, le permite ver y sentir al instante la reacción de la gente.

Zdeněk Skokan y Pavel Paleček | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“La cosa es que estamos en el lugar original donde funcionó el Instituto de Seguro de Accidentes que es la famosa y una de las primeras compañías de seguro de salud en el mundo donde Kafka trabajó como secretario en su oficina de Praga, mientras que ahora estamos en la oficina de Moravia y Silesia. Esta compañía de seguros era muy importante y también algo muy moderno y era el modo con que el estado austríaco garantizaba el cuidado de la salud de los trabajadores”.

Antigua radio | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Lo notable es que la compañía aún existe en Viena y cuenta con dos millones de personas aseguradas en Austria. Por su parte, este edificio de más de cien años fue apropiado por el comunismo y luego transferido a la ciudad de Brno que, según explica Paleček, no sabía qué hacer con él. Por otro lado, cuenta que durante ese trabajo de casi dos años que se propuso abordar la historia de Brno, de Chequia y de Kafka al mismo tiempo, fue pensando cada vez más en la posibilidad de que el propio Kafka hubiera tenido algún tipo de relación con Brno, una ciudad con fuerte identidad alemana que, en su opinión, solían visitar escritores como Rainer Maria Rilke.

Máquina de escribir y sombrero kafkeano | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Yo empecé a preguntarme si Kafka alguna vez había visitado Brno y consulté a algunos especialistas checos de Praga y Brno y todos me dijeron que era una pregunta absurda y a mí me impactó que se mostraran tan seguros y que no hubiera ni siquiera chance de pensarlo, hasta que le escribí un mail a Reiner Stach, el famoso biógrafo de Kafka que vive en Berlín y él me respondió a los pocos minutos diciéndome que, si bien no existen evidencias de que Kafka estuviera alguna vez en Brno, en una entrada de su diario, en enero de 1924, antes de que muriera, él dice que ya no quería regresar a Praga y que estaba considerando mudarse a Brno”.

Habitación y bañadera | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Por supuesto, para Paleček esa respuesta significó todo un hallazgo y bastó para que su curioso proyecto pasara a llamarse Kafka Špitál, una antigua palabra de origen alemán que hoy los checos entienden pero que antes se usaba en lugar de “hospital” (nemocnice). Y si bien reconoce que el aporte de Stach se trata solo de una posibilidad y no de una prueba rotunda, él afirma, con toda lógica, que nadie desearía mudarse a un lugar sin haberlo visitado antes. Por otro lado, asegura que, si hasta ahora no existen evidencias, es porque, en los últimos treinta años, todo el trabajo de investigación sobre Kafka se centró en su relación con la ciudad de Praga.

Libros y retrato de Kafka | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Es algo que merece la pena investigar, en lo que hay que reflexionar y por supuesto que Praga es un pilar esencial en la creación del mundo de Kafka y su manera de pensar, pero eso no significa que no exista otra cosa”.

A pesar de que su formación como historiador lo obliga a ser cauto, Paleček no solo tiene serias sospechas de que Kafka sí estuvo en Brno, sino que, además, imagina cuál pudo haber sido el origen de esa relación hasta ahora tan poco estudiada con la segunda ciudad más importante de Chequia.

“Yo creo que Kafka estuvo en contacto con los directores de esta oficina de la compañía de seguros por el cargo que él desempeñaba como secretario y como autoridad de esta compañía en Praga, que tenía una sucursal muy importante aquí en Brno”.

Paleček confía que solo es cuestión de tiempo para que aparezca alguna evidencia. Mientras tanto, su Franz Kafka Špitál, situado en pleno centro de Brno, ofrece a los turistas y viajeros una verdadera experiencia, que también incluye cierto sentido social ya que contrató a unas cuarenta personas discapacitadas para trabajar no solo en este sitio sino también en un bunker (hoy también transformado en museo) que había sido creado por los nazis y que la sociedad que fundó Pavel Paleček abrió al público en el año 2016. Ese bunker se utilizó en plena guerra cuando la ciudad de Brno, una de las más afectadas del país, sufrió varios bombardeos. Es decir que el concepto detrás del Kafka Špitál es prácticamente el mismo.

Habitación de muletas  | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Es un museo que también ofrece pasar la noche pero lo que queremos es que la gente se quede en este lugar para tener una experiencia con este espacio, con el pasado y que reflexione al respecto, pero además nuestros precios son muy económicos porque somos un hostel, así que también nos dirigimos a un público joven que quizás no está interesado en escuchar historias sobre nazismo o comunismo, pero tal vez vienen por el precio y, al entrar a un lugar así, van a empezar a cuestionarse, y esa es un poco la tarea que nos proponemos: ingresar en la mente de los jóvenes mediante la experiencia, mediante la emoción, no a través de la educación convencional”.

Algunas de las camas, equipos de rayos X, instrumental médico y la totalidad de las fotos que pueden verse en cada una de las salas y habitaciones son originales del hospital, y otras fueron adquiridas en anticuarios. Es decir que hubo un trabajo muy importante de curación a cargo del coautor de este proyecto, Zdeněk Skokan, incluyendo una selección de audios que se repiten una y otra vez: testimonios de sobrevivientes del holocausto, actividades vinculadas al hospital, discursos políticos de la época del comunismo, canciones típicas alemanas y otros sonidos especiales como una radio que emite un ruido de insecto en claro homenaje a La metamorfosis de Kafka. Y si bien las primeras impresiones que despierta este sitio tienen que ver con el terror, Paleček contesta que eso no le preocupa por la sencilla razón de que el siglo XX fue absolutamente aterrador, tal como, en su opinión, lo supo adelantar Kafka.

Radiografía de Gregorio Samsa | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Kafka es un profeta, porque él jamás experimentó en carne propia lo que sucedería después de su muerte y, sin embargo, él lo profetizó de manera absoluta, todo lo que describió sucedió y para mí, que soy un historiador de totalitarismos, me parece increíble cómo pudo haber imaginado lo que le sucedería a sus hermanas y a su familia y a todos los demás, es algo que no logro entender pero cuando empecé a estudiar la historia de este lugar me di cuenta de que, seguramente, él se había dado cuenta de que el sistema terminaría matando al individuo, como abogado podía llegar a percibir eso a partir de los casos que le ofrecía este trabajo en la compañía de seguros”.

Además de su interés en la figura de Kafka, Paleček y Skokan coinciden en encontrar ciertas similitudes entre el célebre escritor y la ciudad de Brno: ambos son una mezcla de componentes judíos, alemanes y, por supuesto, checos. Por otro lado, afirman que el Kafka Špitál cuenta con una estructura laberíntica que, además de estar en sintonía con la obra de Kafka, intensifica la idea de angustia y, al mismo tiempo, aventura que ellos buscan instalar, aunque aclaran que eso sí fue una absoluta coincidencia ya que, lejos de diseñarlo, así era originalmente el hospital.

www.franzkafkaspital.cz

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