Balance Sydney 2000
El boxeador checo Rudolf Kraj se anotó este fin de semana un sorpresivo éxito para el pugilismo checo al adjudicarse la medalla de plata en dicha disciplina, durante los recién concluidos Juegos Olímpicos de Sydney 2000. En la final de la categoría semipesada hasta los 81 kilos, el checo cayó ante el ruso Alexander Lebziak por 20 a 6.
La medalla de plata de Kraj representa el mayor éxito conseguido por un boxeador checo desde la gran actuación del legendario Bohumil Nemecek en las Olimpíadas de Roma, en 1960.
Pero Sydney 2000 no quedará grabado en la memoria de los checos como la gran Olimpíada. Si bien la participación del equipo nacional en estos Juegos Olímpicos no se puede considerar un fracaso, los números son claros a la hora de compararla con la gran actuación de este país hace cuatro años en Atlanta. La República Checa se ubicó en la posición número 28 del medallero olímpico, con un total de ocho preseas: dos de oro, tres de plata y tres de bronce.
Quizá una de las mayores desilusiones fue el bajo rendimiento de aquellos atletas que llegaron a Sydney como favoritos y con la meta de revalidar algún título, como es el caso del piragüista Martin Doktor.
También la mala suerte acompanó a algunos deportistas checos. Tal es el caso del decatleta y campeón olímpico Tomás Dvorak, afectado por fuertes dolores abdominales y una lesión en la rodilla, o la atleta Ludmila Formanová, medalla de oro en los 800 metros en Atlanta, quien debió abandonar la carrera aquejada de fuertes dolores al tobillo
La mala preparación de Chequia en algunas disciplinas habló por sí sola: la participación de Slava Dosedel y su compañero David Rikl dieron testimonio de que en los últimos tiempos el tenis checo no tiene comparación con el de antaño.
Pero quizá la mayor desilusión la provocó la pobre actuación de la selección olímpica de fútbol, que no fue capaz siquiera de pasar a la segunda ronda de la competición. No olvidemos que el equipo que dirige Karel Bruckner, había llegado a los Juegos Olímpicos de Sydney con una excelente tarjeta de presentación: el título de vice-campeones de Europa.