Babiš: Las protestas no harán cambiar de gobierno

Andrej Babiš, foto: ČTK/Ondřej Deml

El primer ministro Andrej Babiš ha asegurado que las protestas multitudinarias celebradas en Praga, no conseguirán un cambio de gobierno. El jefe del Ejecutivo cuenta con el apoyo del presidente y el respaldo del Partido Comunista. Pero los manifestantes anunciaron nuevas protestas.

Andrej Babiš,  foto: ČTK/Ondřej Deml
Durante un debate celebrado en Bratislava con motivo de una conferencia sobre la Seguridad Global el fin de semana, el primer ministro checo Andrej Babiš, aseguró que Chequia no es Eslovaquia y que las protestas callejeras no conseguirán un cambio de gobierno.

En declaraciones a los medios de comunicación Babiš insistió en que los checos viven bien, que el gobierno tiene logros importantes y que su movimiento político es exitoso.

“Celebramos elecciones democráticas y nuestro movimiento ha ganado en seis comicios. Hace 30 años cambiamos el Gobierno, pero hoy tenemos elecciones para que las personas expresen su opinión en las urnas”.

En Eslovaquia, el primer ministro Robert Fico dimitió el año pasado después de enfrentar una ola de masivas protestas a raíz del asesinato del periodista de investigación Ján Kuciak y su novia.

Los checos no son una nación que acostumbre salir a las calles a protestar. Como un hito se suele recordar la época de las manifestaciones multitudinarias que acabaron con el régimen comunista en 1989, y que fueron impulsadas por los estudiantes.

Consultado por la emisora comercial Frekvence 1, el presidente Miloš Zeman, recordó que él fue uno de los asistentes a la mítica manifestación en la planicie de Letná, en Praga, que aceleró la caída del régimen comunista.

“En 1989 estuve en Letná, porque esa protesta tuvo sentido. Desde mi punto de vista las manifestaciones de ahora sentido no tienen. Pero si alguien desea desahogarse, pues que lo haga”.

Foto: Martina Schneibergová
Consultado por la emisora de radio sobre la posibilidad de dialogar con Mikuláš Minář, la cabeza visible de la organización de las protestas, el mandatario fue tajante en su negativa.

“Tranquilizo a la sociedad debatiendo con los políticos. No voy a debatir con un estudiante, que lo que debería hacer es concluir sus estudios y buscarse un trabajo. Porque creo que la organización de protestas contra el gobierno no es una profesión con perspectiva”.

Los organizadores de la protesta de la semana pasada informaron que se contó con la asistencia de unas 120 000 personas. Entre las peticiones de los manifestantes se encuentra la dimisión de Babiš, sospechoso de fraude de subsidios europeos y la ministra de Justicia Marie Benešová.

En declaraciones a la Televisión Checa, la ministra aseguró que las manifestaciones son un estallido de histeria colectiva, que están pagadas por alguien.

Mikuláš Minář,  foto: Martina Schneibergová
El activista Mikuláš Minář aseguró que el movimiento ‘Un millón de Momentos por la Democracia’ dispone de una cuenta transparente y de control fácil.

“Sí, las protestas las paga alguien, señora Marie Benešová. Las pagan las personas que estuvieron en la Plaza Venceslao, con donaciones de entre 3 y 40 euros”.

A diferencia del presidente de la República y del primer ministro, el líder socialdemócrata, Jan Hamáček, ha mantenido conversaciones con el activista Minář, con el propósito de asegurarle que en Chequia la Justicia sigue siendo independiente.

Aparte del apoyo de Miloš Zeman, el primer ministro cuenta con el respaldo de los comunistas, que ha asegurado que en este momento no existe razón alguna para incumplir con los compromisos adquiridos.

La Socialdemocracia, el socio de coalición del movimiento ANO, de Babiš, está a la espera de los resultados oficiales de las auditorías de la UE sobre la eventual colisión de intereses del primer ministro checo.