Babiš, en busca de compañeros para gobernar

Andrej Babiš, foto: ČTK

Andrej Babiš gobernará, pero debe hacerlo con al menos otra formación política. Comienza una especie de speed-dating político que durará un mes.

Andrej Babiš,  foto: ČTK
La aplastante victoria del partido ANO, de Andrej Babiš, en las elecciones, con un 29% de los votos, sitúa al multimillonario de origen eslovaco como el más probable primer ministro del próximo Gobierno. Sin embargo, y puesto que con 78 escaños se halla a 23 diputados de la mayoría absoluta, necesita de una o más formaciones que respalden su nombramiento, y que pedirán a cambio participar en el Ejecutivo y detentar ministerios.

La situación se complica, o se enriquece, depende del punto de vista, con el alto número de partidos que esta vez han entrado en la Cámara Baja: ocho, tres de ellos con 10 o menos escaños. Babiš tiene para elegir, y puede aprovechar esta ventaja de exigir más a sus potenciales socios de coalición, aunque de momento todos se estén haciendo los remolones.

Todo dependerá del resultado del speed-dating político que tendrá lugar en los próximos días. Tal como ha establecido el presidente checo, Miloš Zeman, la primera sesión de la nueva Cámara Baja no se celebrará hasta dentro de un mes, lo que deja un margen de tiempo amplio para las negociaciones.

Posible coalición de centro-derecha

Petr Fiala,  foto: ČTK
El presidente de ANO ha declarado este domingo que la alianza de Gobierno más natural sería con el Partido Cívico Democrático (ODS), ya que sus programas tienen contenidos similares y, en sus palabras, el líder del partido, Petr Fiala, "es un hombre decente". El ODS es un tradicional partido de derecha liberal, existente desde la llegada de la democracia al país, que en los útimos años ha virado hacia el antieuropeísmo y la xenofobia. En las recientes elecciones han quedado segundos y cuentan con 25 representantes.

Por su parte, desde el Partido Cívico Democrático, Fiala ha reaccionado en sentido contrario, afirmando que no planea gobernar junto a ANO, y que se encuentra preparado para seguir en la oposición. Como en otros partidos políticos, en el ODS despierta rechazo hacia Babiš el hecho de que este se halle inculpado en un caso de corrupción. Se sospecha que el magnate puede haber aprovechado ilegalmente dos millones de euros de los fondos europeos para un proyecto privado.

De hecho la campaña de los cívico-demócratas se ha centrado en denostar a Babiš, especialmente por considerarlo un oligarca, que aúna poder político y económico, y es dudoso que sus votantes entendieran que ahora se le facilite llegar al poder.

Ocho novias para un Babiš casadero

El debate de los ganadores,  foto: ČTK
Pero hay otras opciones abiertas. Babiš ha declarado que encuentra similitudes de programa con el partido Alcaldes e Independientes, que cuenta sin embargo con solo 6 diputados, y que además su Gobierno sería compatible con parte del programa del islamófobo partido Libertad y democracia Directa y del Partido Pirata, que por sorpresa se ha convertido en la tercera fuerza política del país. Ambos cuentan con 22 escaños cada uno.

En ambos casos, sin embargo, sus representantes han declarado que mientras no se aclaren los cargos de corrupción de Babiš son reticentes a entrar con él al Gobierno.

Por su parte el vicepresidente de ANO, Jaroslav Faltýnek, ha declarado que vería natural una continuación de la coalición de Gobierno que funciona hasta ahora, es decir, un gabinete formado por ANO, los socialdemócratas y los democristianos. Juntos alcanzarían la mayoría absoluta con 102 diputados.

Casi descartado queda el Partido Comunista, que ni tiene diputados suficientes para aupar al poder a Babiš por sí solo, ni el resto de formaciones políticas estaría dispuesta a entrar en un Gobierno que los incluyera. Curiosamente ha sido el primer partido con el que Babiš se ha reunido.