Aviones norteamericanos vigilarán espacio aéreo praguense

Tiradores de élite en los tejados, cohetes antimisiles alrededor de la ciudad, aviones caza estadounidenses en el espacio aéreo y agentes de servicios secretos en las calles. Durante la cumbre de la OTAN, a efectuarse en Praga en noviembre, la capital checa se convertirá en una fortaleza inexpugnable.

Praga se prepara para maniobras. Del 20 al 22 de noviembre se reunirán en la capital checa más de dos mil invitados oficiales. Entre ellos los máximos representantes de 46 países, ministros de Exteriores y de Defensa. Acudirá también el presidente estadounidense, George Bush. El Ejército y la Policía checa no quieren dejar nada al azar para lograr las más rigurosas medidas de seguridad. No temen sólo las protestas de los antiglobalizadores, sino que prefieren prevenir todo intento de ataque terrorista.

Cumbre de la OTAN en Praga
El espacio aéreo sobre la República Checa será vigilado durante la cumbre por un avión de exploración especial, un Boeing equipado con el sistema de radar AWACS, perteneciente a las fuerzas aéreas de la Alianza Noratlántica. El sistema de radares monitorea perfectamente la situación en el aire y en tierra en un radio de cientos de kilómetros, explicó al respecto el jefe del centro nacional checo del mando de las fuerzas aéreas, Jirí Benda.

"No será necesario que el avión realice vuelos sobre el territorio de la República Checa. Operará sobre el territorio de los países vecinos, pero su alcance permite que nos proporcione informaciones detalladas de manera que podamos asegurar la integridad de nuestro espacio aéreo durante la cumbre".

El servicio aéreo sobre el territorio checo será restringido y sobre Praga volarán aviones caza estadounidenses F-16. Más rigurosos serán también los controles en las fronteras. Los expertos establecen ya listas de las personas non gratas.

Por otra parte, las autoridades praguenses buscan la forma de alejar a la población capitalina del centro de la ciudad durante la cumbre. Desearían cautivar a los ciudadanos con rebajas a las que no pudieran resistir, ofrecidas por los hipermercados situados en los suburbios. Sin embargo, parece que tal plan no tendrá éxito. Así como falló el intento de convencer a las emisoras de televisión locales que introdujeran durante la reunión de la OTAN programas de gran atracción que captaran el interés de los espectadores praguenses de tal manera que se quedaran en casa.