Astrónomos checos descubren en Australia meteorito con ´linaje´

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Astrónomos checos han hecho un descubrimiento único. Junto con sus colegas australianos y británicos hallaron en el desierto de Nullarbor, al sudoeste de Australia, un meteorito con ´linaje´, lo que significa que se conoce detalladamente su trayectoria por el espacio. Los científicos lo llamaron Bunbura Roskhole, perla negra.

Un rayo fugaz sobre el desierto australiano reveló a los astrónomos checos el lugar donde cayó la piedra del espacio. El Bunbura Roskhole es el quinto meteorito en el mundo que ha sido hallado en base a cálculos realizados gracias a una estación de observación que registró la luz emitida por el cuerpo. Durante el tránsito por la atmósfera el meteorito se desintegró en varios fragmentos. Tres de ellos, con un peso de aproximadamente 200 gramos, fueron encontrados, explicó Pavel Spurný, de la Academia de Ciencias Checa.

“Somos los únicos astrónomos que pueden tocar el objeto de su interés. Primero vimos una imagen de este cuerpo celestial y lo que hizo cuando entró en contacto con la atmósfera, y luego lo tenemos en la mano. Es una sensación fascinante y gratificadora”, declaró Spurný.

Los científicos checos calcularon la trayectoria del meteorito con una exactitud de decenas de metros. Los cálculos son influidos, entre otros, por la velocidad de los vientos en altas alturas, que en Australia alcanzaron hasta 180 kilómetros por hora.

El meteorito del desierto australiano chocó con la Tierra en el trayecto que conduce por la parte interior del Sistema Solar. Los fragmentos hallados han pasado por el proceso de diferenciación, es decir, han cambiado de estructura y no contienen hierro. Ahora se analizan en Gran Bretaña para que se determine el cuerpo del que proceden.

Hasta el presente en el mundo se ha logrado documentar la trayectoria completa de sólo cinco meteoritos. Tres de ellos fueron descubiertos por astrónomos checos, que se cuentan entre los más expertos en este ámbito. El sistema de redes de observación de bólidos, o sea de meteoros muy brillantes, fue creado por Zdeněk Ceplecha, que hace cincuenta años halló cerca de Příbram, Bohemia Central, el primer meteorito con ´linaje´. Su descubrimiento exigió mucha paciencia, según confirma Marcel Grün, director del Planetario de Praga.

“Desde el año 1951 Ceplecha intentó desde dos estaciones registrar en el cielo alguna caída. Significó unas 2.500 horas de observaciones hechas con esmero hasta que en 1959 llegó ese éxito fantástico”, apuntó Grün.

Los astrónomos checos administran actualmente dos redes que monitorean meteoros y bólidos sobre Europa Central y Australia. Los interesados podrán ver el resultado de su trabajo, incluidos algunos de los meteoritos hallados, en una exposición que se inaugurará la próxima semana en la sede principal de la Academia de Ciencias Checa, en Praga.

A partir del 11 mayo debatirán sobre el tema en la capital checa unos sesenta expertos de EE.UU., Nueva Zelanda, Chile, Tayikistán y otros países en la conferencia Bólidos y caídas de meteoritos.