Archivado proceso contra reportero de TV Nova

La policía checa no soporta cuando los periodistas critican su trabajo. Recientemente quiso castigar al reportero de la televisión Nova, Josef Klíma, por atreverse a denunciar su deficiente labor. Sin embargo, la venganza policial no resultó, ya que la juez archivó el proceso a último momento.

El reportero de la televisión Nova y presentador del programa "Con sus propios ojos", Josef Klíma, no vacila a veces en arriesgar su vida al recabar el material para sus reportajes. Así fue también durante la grabación del reportaje sobre un tema tan candente como el tráfico ilegal de armas en la República Checa que se practica en este país sin mayores problemas.

Con ese reportaje Josef Klíma criticaba indirectamente a la policía que no sabe impedir el comercio ilícito con armas. Unos días después de preparar el reportaje Klíma fue notificado de que sería juzgado y que podría ser condenado a tres años de cárcel.

La causa empezó en marzo pasado cuando Klíma decidió grabar una serie de reportajes sobre la proliferación del tráfico de armas en la República Checa. El reportero se enteró de que para comprar municiones bastaba con acordar una cita por teléfono. Para comprobar que efectivamente era así decidió que intentaría comprar granadas en el mercado negro.

El 7 de marzo pasado el reportero llega al lugar de la cita en un parque de estacionamiento en un suburbio de Praga, recibe una bolsa de plástico que debe contener una granada y paga por la entrega 3 mil coronas, equivalentes a menos de 90 dólares. Todo lo graba una cámara.

Klíma se dirige enseguida con la granada y tres detonantes a la comisaría para entregarlos. Todavía el mismo día por la noche la policía interroga a Josef Klíma que muestra a los agentes el parque de estacionamineto y explica cómo se enteró del contacto con el vendedor de armas. Unos días después el investigador policial notifica al reportero que es sospechoso de complicidad y la policía ha entregado el caso a la fiscal del Estado.

La policía y la fiscal acusaron a Klíma de que no quería facilitar suficientes informaciones sobre el hombre del que comprara las municiones. Klíma se defendía alegando que no sabía nada del traficante y la policía no se lo quiso creer.

Las organizaciones de periodistas protestaron enérgicamente contra el procedimiento de la policía. Acabó por resolver el caso la juez del distrito Praga 4 que sentenció que el reportero no había cometido delito alguno y por eso archivó el proceso.