Aldea de Petrvald, rodeada por la vega y la naturaleza intacta
Petrvald es un pueblo de 1760 habitantes situado en la comarca de Nový Jicín, Moravia del Norte. No puede vanagloriarse de contar con monumentos históricos o culturales, pero se encuentra en una región natural protegida por el Estado, caracterizada por la pradera húmeda con bosques y la naturaleza intacta. Por ello es un destino preferido de los turistas checos.
La primera mención escrita de Petrvald data del año 1373, pero, según afirma el alcalde, Jirí Hýl, el lugar de la aldea debió haber estado poblado ya en el siglo XII.
"Y con la llegada de los señores de Petrvald, en el siglo XIV, empezó a formarse la historia del pueblo. Los señores de Petrvald pertenecían a la vieja nobleza morava. Tras asentarse en Petrvald, primero construyeron el castillo y consolidaron su dominio en las cercanías de la aldea, y más tarde extendieron su influencia sobre otras tierras moravas, sobre todo en el sur de Moravia".
Jirí Hýl apunta que los Petrvald están unidos a la historia del pueblo hasta la Guerra de los Treinta Años.
"Entre los años 1618 y 1620, Hanus de Petrvald luchó al lado de los Estamentos checos que se opusieron a la coalición católica liderada por los Habsburgo. Los Estamentos checos fueron derrotados en la Batalla de la Montaña Blanca y Hanus de Petrvald fue condenado a la pérdida de sus bienes. La propiedad confiscada, con inclusión de la aldea de Petrvald, pasó a manos de la Iglesia Católica".
La estirpe de los Petrvald quedó extinguida en la línea masculina en 1763. El castillo edificado por ellos no se ha conservado. En los años cincuenta del siglo XX se consideró la posibilidad de renovarlo, pero no había suficientes recursos financieros. Al final, el castillo fue demolido en 1967. En su lugar se encuentra hoy en día un bosque y un chalet de caza.
Jirí Hýl destaca que desde el 2000, Petrvald tiene su propio escudo.
"En el escudo hay un pavón en un fondo rojo y azul portando un báculo pastoral en sus garras. El báculo porque la iglesia local está consagrada a San Nicolás, cuyo atributo es precisamente el báculo pastoral. Y el fondo es rojo y azul porque son los colores regionales de Moravia".
Jirí Hýl puntualiza que también el pavón en el escudo tiene un profundo simbolismo.
"Con el pavón está vinculada una vieja leyenda. En tiempos remotos, más allá de los siglos XI y XII, había en Petrvald una fortaleza rodeada por fosos de agua. Una vez se vio asediada por salteadores de camino. En la fortaleza no había muchos defensores, solamente un hidalgo y un par de campesinos. Una noche, cansados después de muchos días defendiéndose, el hidalgo y su cortejo se quedaron dormidos. En la madrugada, los salteadores subieron por la escalera pensando que tenían la victoria a su alcance, pero un pavón apareció en la almena y con su grito despertó a los defensores, que lograron repeler el ataque".
Jirí Hýl matiza que se trata de una leyenda que tomó por suya la estirpe noble de los Petrvald.
"En el castillo moravo de Buchlovice, poseído en el pasado también por los Petrvald, se ha conservado el árbol genealógico de su estirpe. Tiene el aspecto de un pavón con un abanico precioso y en cada pluma está inscrito un miembro de los Petrvald".
Desde 2000, en la aldea de Petrvald tienen lugar cada junio los denominados "Festejos de Escudo", explica Jirí Hýl.
"Nuestro pueblo está consagrado a San Nicolás, cuyo onomástico se celebra el seis de diciembre. Por ello, todas las festividades efectuadas en Petrvald siempre se han celebrado por esas fechas y los vecinos echaban mucho de menos las verbenas de verano con tiovivos, columpios y otros juegos para niños. El escudo de la aldea fue bendecido el 17 de junio de 2000 y con ese motivo decidimos que cada junio organizaríamos los "Festejos de Escudo".El programa de los "Festejos de Escudo" se basa en conciertos y funciones de teatro presentadas por niños, pero ni los adultos se quedan con manos vacías. Hay preparados para ellos actuaciones de la banda de música de viento local, conciertos de música country y discotecas.
Jirí Hýl acota que Petrvald tiene hoy 1760 habitantes y que el desempleo alcanza un promedio nacional, es decir, alrededor del nueve por ciento.
"Las posibilidades laborales en la aldea no son grandes, aunque tenemos aquí la cooperativa agrícola Moravan que explota unas 1200 hectáreas de tierra. Luego hay en Petrvald varios pequeños empresarios, pero la mayoría de los habitantes debe ir a trabajar a las ciudades cercanas, sobre todo a la metrópoli de Moravia del Norte, Ostrava, con una gran fábrica siderúrgica, y a Koprivnice, donde tiene su sede la empresa Tatra, el mayor fabricante checo de camiones todo terreno".
Jirí Hýl señala que la aldea de Petrvald fue inscrita en 2001 en la lista de lugares turísticos recomendados.
"La lista la elabora la Unión Checa de Turistas, que concede a cada lugar inscrito un denominado sello turístico. El lugar figura en los mapas turísticos y en Internet y el turista que lo visite obtendrá dicho sello. Ya la primera temporada quedamos sorprendidos por la avalancha de turistas que vinieron a nuestra aldea y a sus alrededores. Desgraciadamente, Petrvald no tiene alojamiento para ellos, pero ya hemos pedido a la Unión Europea los recursos financieros para la construcción de un hostal".
Jirí Hýl explica por qué Petrvald es tan atractivo para los turistas checos:
"La aldea está situada en la región natural de Poodrí, protegida por el Estado desde 1991. Pasa por aquí el río Odra, que crea meandros y la pradera húmeda con bosques. Los meandros cambian, además, cada año su aspecto y crean diversas balsas y brazos ciegos. La vega se extiende en una superficie de 81, 5 kilómetros cuadrados y se encuentran en ella varios ecosistemas y biocorredores protegidos a nivel internacional".
Los ecosistemas se conservan gracias al régimen fluvial no regulado por las presas. El río Odra inunda cada año aproximadamente veinte kilómetros cuadrados de la vega. Muchas especies amenazadas dependen de las condiciones climáticas formadas por la pradera, tales como diversas variedades de crustáceos, ranas y moluscos. La vega está poblada mayormente por fresnos, tilos, carpes y encinos.
Otros rasgos característicos de Poodrí son, además de los prados aluviales, los estanques y los pastos. Surgieron en el lugar de profundos bosques durante la colonización medieval, entre los siglos XIII y XV. Hasta el presente se ha conservado la mayor zona de prados aluviales en la República Checa, que se extiende en ambas orillas del Odra en una superficie de 2 300 hectáreas.
La región de Poodrí está unida por una red sofisticada de estanques. Aunque muchos fueron destruidos con el paso del tiempo, hasta hoy se han conservado cincuenta y siete, utilizados para la cría de la carpa, el pescado navideño típico checo. Poodrí es importante también desde el punto de vista ornitológico. Por la región pasan en la primavera y en el otoño trayectorias de aves que allí descansan e incluso fundan nidales.
Cabe agregar que las aldeas y los pueblos que están en la región de Poodrí, se hallan fuera de la vega, es decir, fuera de la zona regularmente inundada. Esto resultó ser una gran ventaja durante las inundaciones devastadoras que afectaron a Moravia en julio de 1997. Los daños en los edificios y la infraestructura en Poodrí fueron mínimos.