Accidentes y falta de regulación: Praga, una de las ciudades con peor seguridad vial de Europa
Según un ránking reciente de Cyclomedia, Praga se ubica entre las ciudades con peor seguridad vial de Europa. Entre otros factores, el alto número de automóviles y la falta de infraestructura preocupan a los habitantes de la capital.
Praga ha quedado posicionada como una de las ciudades más inseguras de Europa en términos de seguridad vial, al ocupar el puesto 27 de un total de 32 capitales europeas evaluadas. La empresa de cartografía urbana Cyclomedia ha revelado el dato en un estudio reciente, que también refleja las principales razones de este pobre desempeño. Con más de un millón de vehículos en sus calles y una creciente sensación de peligro entre los habitantes, la ciudad enfrenta serios desafíos en materia de seguridad vial.
De acuerdo con la encuesta, en la que participaron casi 12.000 residentes de 32 grandes ciudades europeas, sólo el 7% de los praguenses se siente completamente seguro al circular por las vías públicas. La percepción general es que la falta de medidas adecuadas para gestionar el tránsito, combinada con el aumento en el número de vehículos y una infraestructura insuficiente, ha generado un ambiente peligroso para conductores, ciclistas y peatones.
El impacto del aumento de vehículos
En el último año, la cantidad de coches en la ciudad aumentó en más de 44.000 unidades, alcanzando un total de 1,3 millones. Este incremento ha sobrecargado la infraestructura vial. El volumen de tránsito genera una presión considerable sobre las vías de la capital y eleva significativamente el riesgo de accidentes.
Entre las principales causas de accidentes figuran los conflictos entre distintos modos de transporte, como automóviles, bicicletas, tranvías y autobuses. Más de la mitad de los encuestados (55%) opinó que se deben mejorar las separaciones entre estos medios, ya sea con carriles exclusivos para autobuses y ciclistas o estableciendo zonas de tránsito más claras. Un 40% consideró que es necesario mejorar las señalizaciones viales y un 29% abogó por mejores rutas ciclistas.
Además, al gran número de autos se suma la falta de una regulación clave: el distanciamiento obligatorio. Este factor, según estadísticas oficiales, ha causado unos 2500 accidentes desde el inicio de 2024. El problema radica en que la actual ley checa no define cuál es esa distancia de seguridad que los conductores deberían mantener. A raíz de estos números negativos, el Gobierno checo planea establecer dos nuevos tipos de infracciones, según adelantó a la Radio Checa el Ministro de Transportes, Martin Kupka.
“Una de ellas será más ligera, con una sanción más leve para el incumplimiento de la distancia de seguridad de dos segundos. La otra será más dura y se aplicará en casos más graves, en los que el intervalo de reacción sea menor a un segundo”.
El problema con los tranvías y los peatones
Pero el problema no sólo se reduce a los automóviles. El número de accidentes que involucran tranvías y peatones también ha aumentado en los últimos años. Según datos recientes, los tranvías de Praga se ven involucrados en un promedio de cuatro accidentes diarios, la mayoría de ellos con autos, pero cada vez con mayor frecuencia también con peatones. En comparación con el año anterior, los accidentes que incluyen a transeúntes han aumentado en un 33%, algunos de ellos con desenlaces trágicos.
La causa principal del fenómeno es la falta de atención de quienes cruzan las vía a pie, ya que a menudo ignoran los semáforos, atraviesan las vías mientras escuchan música con auriculares o están distraídos con sus teléfonos móviles. Sorprendentemente, más de una tercera parte de estos incidentes ocurren en los pasos de peatones, donde, por normativa, los tranvías tienen prioridad.
Para abordar este problema, las autoridades locales han puesto en marcha campañas de concientización que incluyen la difusión de videos en escuelas, en los que se muestran situaciones reales de accidentes que, afortunadamente, no terminaron en tragedias. La meta es sensibilizar a los ciudadanos, especialmente a los más jóvenes, sobre los peligros del descuido al cruzar las vías.
Una solución compleja y opiniones divididas
Si bien una parte considerable de los ciudadanos coincide en la necesidad de mejorar la infraestructura vial y aumentar la seguridad en las calles, las propuestas para implementar cambios radicales no han sido bien recibidas por todos. Una medida controvertida ha sido la propuesta de reducir la velocidad máxima permitida en el centro de la ciudad a 30 kilómetros por hora. A pesar de que algunas zonas de Praga ya enfrentan atascos que reducen la velocidad por debajo de este umbral de manera natural, el 60% de los encuestados se opone a la reducción generalizada de la velocidad, una iniciativa que ha provocado manifestaciones en las calles.
Otro punto de discordia es el creciente uso de bicicletas y patinetes eléctricos, cuyo incremento ha sido vinculado a un aumento en la tasa de accidentes. Casi el 60% de los habitantes de Praga está a favor de prohibir estos últimos medios de transporte, alegando que su proliferación ha empeorado la situación en las calles.
Así, Praga se encuentra ante el reto de encontrar un equilibrio entre su creciente número de vehículos, el desarrollo de una infraestructura adecuada y la implementación de medidas que, sin desincentivar el uso de nuevos modos de transporte, logren reducir la cantidad de accidentes y mejorar la seguridad de sus habitantes.