A 15 años de su muerte, el legado de Karel Kryl sigue creciendo
En 1994, un tres de marzo, fallecía en Múnich, de un ataque al corazón, el cantautor checo Karel Kryl. Quince años después, el legado del artista, que se atrevió a desafiar con sus canciones y su guitarra al régimen comunista, sigue más vivo que nunca.
En 1989, poco después del restablecimiento de la democracia en el país, se realizó un masivo show musical en Praga, para festejar los nuevos tiempos. Se denominó ‘Concierto para la gente decente’ y no pudo faltar Karel Kryl, quien con su guitarra a cuestas interpretó las canciones que alumbraron la esperanza de una nación en tiempos de oscuridad.
El crítico musical Jiří Černý, uno de los descubridores de Karel Kryl, recordaba hace poco, en la Televisión Checa, el reencuentro del cantautor con su público.
“Fui testigo de una de sus primeras actuaciones en el país. Durante su presentación cantó 'Morituri te salutant', y todo el mundo cantaba con él, incluso gente que no lo pudo haber visto antes. Y fue obvio que se emocionó y le costó terminar la canción. Después de eso comenzó a viajar mucho por el país, no paraba de dar conciertos, y dejó de cuidarse”, comentó Černý.
Diversos actos se han encargado de conmemorar la figura de este artista de guitarra afilada y voz desafiante, que con sus versos se enfrentó al totalitarismo soviético, la palabra contra los tanques, y al final salió vencedor.
Su canción más famosa, ‘Hermanito, cierra la puerta’ (Bratříčku, zavírej vrátka, en checo) especie de himno antiocupación, se escucha hoy más nítida y estremecedora que nunca.Cuando Kryl sucumbió a su débil corazón, estaba a punto de cumplir el medio siglo de vida. Seguía radicado en Múnich, la ciudad que lo amparó durante el largo exilio que emprendió tras la invasión de los tanques soviéticos en 1968, que decidieron el fin de la Primavera de Praga.
Dicen que se encontraba desilusionado del proceso democratizador comenzado en su país con la Revolución de Terciopelo.
Jiří Černý cree que algo de eso hay, pero que la verdadera causa de su muerte fue su débil salud.
“Yo lo considero más bien parte de la mitología romántica, que murió de pena... Claro, estaba desilusionado, era siempre muy crítico con todo el mundo y con él mismo también, pero estaba muy enfermo, tenía problemas de salud, sufría de gota crónica, lo que requería otro tipo de vida, comer mejor, cuidarse. Le dolía la época, pero le dolía más su cuerpo, creo”, sostuvo Černý en la Televisión Checa.
A Jiří Černy le gusta destacar un hecho singular, que la gente, en su mayoría, ignora. Muchas de las canciones del álbum ‘Hermanito, cierra la puerta’, el único que Kryl alcanzó a editar en su patria antes de partir al exilio, tienen carácter premonitorio. Es decir, las compuso antes de que los rusos ocuparan el país. Y eso la gente no lo sabe.
“En eso yo veo el talento inmenso de Karel y su gran imaginación. Su canción Jeřabiny, por ejemplo, la más corta que escribió y también la más hermosa, según mi opinión, parece escrita exactamente para el 21 de agosto de 1968, pero la compuso mucho antes. Y esa canción le queda bien a cualquier país ocupado por fuerzas extranjeras, donde la gente tiene que acostumbrarse a vivir con la ausencia de libertad”, sostuvo.
Con motivo de los quince años de la muerte de Karel Kryl se realizó el sábado una ceremonia religiosa en su honor, en la Iglesia Santa Margarita, de Břevnov, la misma en la que se realizó su misa fúnebre en 1994. Allí, los amantes de su obra volvieron a escuchar sus canciones inmortales, esas que siguen alumbrando la esperanza de toda una nación. Y se volvieron a emocionar.