35.000 visitas al pabellón checo en el primer día de la Expo de Shanghái

Foto: ČTK

El pabellón checo de la Expo de Shanghái se encuentra ya en pleno funcionamiento, y por encima de sus capacidades. El día de la inauguración, el pasado 1 de mayo, el edificio atrajo a 35.855 visitantes, unos 5.000 más que el máximo diario previsto.

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La representación checa en la Expo de Shanghái ha contado con un presupuesto de poco más de siete millones de euros, lo que supone una octava parte del precio del pabellón francés, una cuarta parte del alemán y muchísimo menos que los edificios de Japón y Arabia Saudita.

Aún así los checos han sabido aprovechar al máximo los recursos disponibles para generar una gran expectación y convertir su pabellón en uno de los preferidos por los chinos. El diario Hongkong Daily situaba a la exposición checa entre las cinco mejores.

Un éxito que rinde todavía más si se tiene en cuenta que esta exposición universal es la mayor de la historia, con más de 240 representaciones y un número de visitantes que se espera llegue a los 70 millones, de los que el 95 por ciento serán de nacionalidad china.

Así describía el comisario del pabellón checo, Pavel Antonín Stehlík, el primer día del evento.

Pavel Antonín Stehlík  (dra.),  foto: ČTK

“No nos podíamos creer que se pudiera limpiar a tiempo todo el recinto de la Expo, porque aquí se ha estado construyendo hasta hace catorce días. Y se ha conseguido: hay flores por todas partes, está todo reluciente. Los visitantes saben dónde tienen que ir, están entusiasmados, toda Shanghái está viviendo la Expo, todos hablan de lo mismo y cuando se encuentran un extranjero le dicen “welcome to Shangái”. Hay una atmósfera fantástica”.

La jornada para la delegación checa comenzó con un circo callejero que guió a los visitantes de la entrada directamente al pabellón, un edificio cubierto con pastillas de hockey que forman el trazado urbano del centro histórico de Praga. Entre las atracciones que más han llamado la atención a los chinos se encuentra la placa de bronce de San Juan Nepomuceno, que según la leyenda, trae suerte a quien la toque.

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También ha causado sensación el ‘Czechoscope’, un vuelo simulado sobre algunas zonas de la República Checa, y ‘Czeknowlogy’, una instalación de Federico Díaz capaz de manipular las emociones del espectador con olores y el visionado de una enorme gota de oro de ley. Otras obras expuestas de repercusión son el caleidoscopio ‘Perly Česka’ o la representación en 3D sobre la evolución de la vestimenta ‘Město a Móda’.

El edificio checo también cuenta con su propio restaurante, que el día de la inauguración recibió a unos 500 comensales. Su interés se centró principalmente en la cerveza Budvar, el aperitivo de patata ‘bramboráček’ y las crepes. Entre los souvenirs checos más vendidos destacan las representaciones del personaje checo de dibujos animados Ktrek, el pequeño topo, que también es muy popular en China.

Autor: Carlos Ferrer
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