Vera Spinarová: una voz grandiosa

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Siempre que aparece en el escenario, al público se le corta la respiración. La naturaleza recompensó a Vera Spinarová su baja estatura de apenas 152 centímetros con una voz grandiosa y sugestiva. Estos días, la cantante presentó al público su nuevo álbum "Lo mejor", con sus mejores éxitos.

El nuevo álbum de Vera Spinarová es una compilación de sus mayores éxitos de la época entre 1971 y 2001, que ofrece una imagen sobre el avance de la carrera de esta cantante, denominada por la crítica "la piedra preciosa del poprock checo".

"El álbum incluye también varias canciones menos conocidas, al igual que dos nuevas. De manera que el título "Lo mejor" no responde del todo a la realidad. Pero opté denominarlo así, porque se trata de una elección de mis canciones preferidas. Espero que el disco guste al público y que tenga una acogida positiva por parte de la crítica".

Vera Spinarová destacó que con este álbum quiso hacer un regalo a su público con motivo de la Navidad y del Fin de Año.

"Amo la atmósfera de la Navidad y del Fin de Año. Y ello pese a que, en mi caso, esta temporada del año está vinculada con el nerviosismo y la agitación. Temo que mis obligaciones laborales me impidan comprar regalos, limpiar la casa y encontrarme con la multitud de amigos que tengo. Puede parecer ridículo, pero el mejor regalo que encontré debajo del árbol navideño cuando era niña, fue una linterna grande. Con mi hermano jugábamos con ella a policías lo que, por cierto tiempo, era una de nuestras distracciones preferidas".

En las postrimerías de los años 60 y 70, Vera Spinarová apareció como una cometa en el cielo musical checo. El público se vio asombrado por la atmósfera viva de sus conciertos y la cantidad de canciones rítmicas que hacían cantar y bailar a todos. En aquella época, Vera Spinarová ofrecía más de veinte conciertos al mes, viajaba por el país y por el exterior, actuaba en la televisión.

Sin embargo, después de la caída del régimen comunista en 1989, Vera Spinarová vivió una profunda crisis profesional. La cantante, que había grabado numerosos discos con casi un centenar de melodías, de pronto se vio olvidada por el público. Fue obligada a disolver su grupo y durante varios años se ganaba la vida cantando en restaurantes y bares del país.

Nadie confiaba en su retorno a los escenarios musicales. Sin embargo, Vera Spinarová renació como el ave Fénix de sus cenizas. En el año 2000 lanzó al mercado discográfico checo un álbum con sus anteriores éxitos, que se vendió como pan caliente. Su retorno definitivo lo confirmó un año después, cuando grabó el disco compacto "Yo tengo la culpa", con canciones completamente nuevas.

Hoy en día, Vera Spinarová brilla nuevamente en el cielo musical checo. Las letras de sus actuales canciones y baladas reflejan la madurez de una cantante experimentada, que sabe cuánto esfuerzo se necesita para retomar la popularidad anterior.