Vecinos, ¿buenos o malos?
En esta edición de a Toda marcha buscaremos la respuesta a la pregunta que nos hizo uno de nuestros oyentes, Oséias Fantinelli, de Brasil. ¿Cómo son las relaciones entre los vecinos en la República Checa?
Pero cedamos ya la palabra a la señora Ludmila.
"Con los vecinos me llevo bien, son mis amigos. Nos visitamos para tomar un café o una copa de vino, festejar los cumpleaños ... Mi vecina y yo vamos juntas de compras o sólo nos ponemos a charlar en la escalera de la casa hablando de nuestras familias, de lo que nos preocupa o alegra. Mi vecina podría ser mi madre, es 16 años mayor que yo, igual que mi madre. A veces, los fines de semana incluso me voy con ella a su casa de campo y la ayudo en el jardín o limpiar las ventanas. Es mi amiga".
Tampoco la señora Alena se queja de sus vecinos.
"Nos ayudamos con los vecinos. Sólo tenemos allí a un vecino problemático, a él no le gusta lavar el suelo en el pasillo... Pero éste es una excepción. No acostumbramos a visitarnos con los vecinos, porque somos los más jóvenes del edificio, pero si me hace falta harina o azúcar toco a la puerta de mi vecina y ella me convida".
Al preguntar a la señora Alena si tuvo alguna vez realmente problemas con sus vecinos, reflexionó un poco y luego se acordó de un señor mayor al que molestaba cuando se usaba el ascensor o se encendía la luz en el edificio por la noche. "Nos gritaba quejándose de todo, pero ya se murió, es cosa del pasado y ahora no tenemos ningunos problemas", agregó Alena.
Las señoras Ludmila y Alena habitan un edificio prefabricado, mientras que la señora Jirina vive en una casa familiar."Tenemos buenas relaciones. Con unos vecinos nos visitamos frecuentemente, nos felicitamos por el cumpleaños ..."
¿No han tenido alguna disputa con los vecinos? ¿Querían construirse un garaje y los vecinos no estuvieron de acuerdo, o los árboles en su jardín quitaban sol y los vecinos exigieron que los dejárais tallar? Cosas que suelen ocurrir ...
"Quizá en el pasado los padres de mi marido. Los vecinos se pelearon con ellos por el jardín, o cuando hacíamos fuego para tostar salchichones se quejaban que les molestaba el humo", dijo Jirina.
También la señora Ivana se lleva bien con sus vecinos.
"No me relaciono mucho con los vecinos. Vivo en un edificio de diez plantas y conozco sólo a los vecinos de arriba y a los de abajo de mi piso. Quizá en algunas partes los vecinos se envidian... puede ser, pero yo no tengo ningunos problemas".
Finalicemos este espacio con una anécdota que nos contó la señora Karin.
"Un día regresaba apresurada a casa, las manos llenas de compras, y me encontré con un vecino. Como de costumbre, lo saludé en voz alta: ¡Buenos días, señor Sebela! Me miró un poco extraño, pero nos pusimos a hablar, y todo bien. Después de un rato me dice: Pero yo me llamo Návrat. Las bolsas se me cayeron de susto al suelo. Es que en nuestro edificio corrían los chismes de que dos vecinos intercambiaron a sus parejas, y este señor Návrat se metió con la esposa del señor Sebela. Y yo me confundí en ese momento. ¡Qué vergüenza! No me sentí por todo aliviada hasta que nos mudamos de casa".
Las relaciones entre los vecinos en la República Checa fue el tema de esta A toda marcha. Y Uds. amigos, ¿cuáles son sus experiencias con los vecinos?