Václav Havel exhortó en el Foro 2000 a formar una gran coalición espiritual
El presidente de la República Checa, Václav Havel, bajo cuyos auspicios se efectúa en Praga por quinta vez consecutiva la conferencia internacional Foro 2000, exhortó este martes a los delegados a formar una "gran coalición espiritual".
El objetivo de esta "gran coalición espiritual", que debería unir a las principales religiones en una mayor cooperación, es promover los valores éticos básicos e inherentes a toda la gente de buena voluntad. "El tiempo ha madurado para que, en nombre de la globalización del bien, se unan las fuerzas de quienes sienten la responsabilidad por el futuro de la humanidad", dijo textualmente el primer mandatario checo.
Václav Havel presentó su idea de la "gran coalición espiritual" en un encuentro multireligioso en la Catedral de San Vito del Castillo de Praga que se celebra tradicionalmente en el marco del Foro 2000 y en el que participan destacados representantes del cristianismo, islam, judaísmo, budismo e hinduismo.Aunque el tema de la presente edición de la conferencia son los derechos humanos en la era de globalización, domina en los debates la lucha contra el terrorismo.
El ministro de Relaciones Exteriores israelí, Simón Peres, dijo estar satisfecho con el hecho de que la coalición mundial contra el terrorismo esté encabezada por Estados Unidos, o sea por un país con voluntad política y una gran capacidad organizadora.
El Canciller israelí recalcó que la amenaza que enfrenta el mundo después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, es universal y apreció que la nueva coalición antiterrorista supera las viejas divisiones de nuestro planeta entre el Occidente y el Oriente o entre el Norte y el Sur.
Por su parte, el economista estadounidense, Jeffrey Sachs, se refirió a la incapacidad del Occidente de ayudar eficazmente a los países pobres, donde mueren cada año más de 16 millones de personas de enfermedades que se pueden prevenir.
Sachs advirtió que para el tratamiento de los enfermos y saciar a los hambrientos en los países subdesarrollados bastarían anualmente 25 millones de dólares. "El principal objetivo de la globalización es salvar las vidas de los pobres mediante las tecnologías que los países avanzados tienen a disposición", concluyó su ponencia el economista Jeffrey Sachs.