Soluciones políticas y problemas raciales
Comenzamos con una de las noticias más destacadas de las últimas semanas en el ámbito europeo. Finalmente, el miércoles el Senado checo aprobó el Tratado de Lisboa. Después de varias horas de deliberaciones, y con 54 votos a favor y 20 en contra, la Cámara Alta checa ha dado el visto bueno a la futura norma europea.
En caso de que Klaus ratifique la medida, la República Checa se adherirá finalmente al Tratado, con lo que su puesta en marcha dependerá entonces de la firmas de los presidentes de Polonia y Alemania y de la respuesta al segundo referéndum irlandés que se celebrará en el mes de octubre.
Por otro lado, finalmente después de 42 días con un gobierno provisional, esta semana, el nuevo primer ministro, Jan Fischer, ha presentado el Gabinete de transición que llevará al país hacia las elecciones anticipadas de octubre.
El nuevo primer ministro, Jan Fischer, destacó que el Gabinete surgió en base a un acuerdo político y, como tal, estará estrechamente vinculado con los partidos que participaron en su formación.
“Este Gobierno es distinto al del tiempo de entreguerras. Aquél era un Gabinete de tecnócratas que gobernaba independientemente del Parlamento. Nosotros vivimos una realidad completamente diferente. La comunicación con los representantes de distintas formaciones políticas será indispensable”, recalcó Fischer.
El nuevo Gobierno es el resultado de numerosos compromisos. Los debates más acalorados se llevaron en torno al Ministerio de Finanzas. Mientras que el Partido Cívico Democrático, encabezado por el saliente primer ministro Mirek Topolánek, deseaba que continuara en la función el ministro Miroslav Kalousek, los socialdemócratas exigían su destitución.
Finalmente, Fischer nombró en el puesto al hasta ahora viceministro de Finanzas, Eduard Janota. Su nombramiento complació tanto al líder socialdemócrata, Jiří Paroubek, como a Mirek Topolánek, quien sostuvo que siempre es mejor elegir a alguien dentro de la cartera.
También el presidente de la República, Václav Klaus, se mostró satisfecho con el nuevo Gabinete. “Agradezco que haya terminado el periodo transitorio de desgobierno que siempre resulta poco agradable”, señaló el mandatario.
Seguimos en clave política, ya que esta semana ha visitado el país el primer ministro japonés. Aprovechando la ocasión, se ha celebrado un encuentro bilateral entre el primer ministro saliente de la República Checa, Mirek Topolánek, con su homólogo japonés, Taro Aso.
“Para algunos, el cambio climático supone una amenaza; para nosotros, es una magnífica oportunidad comercial”. Con estas palabras inauguró el saliente primer ministro checo, Mirek Topolánek, la reunión con el jefe del Gobierno japonés, Taro Aso, en vísperas de la Cumbre UE-Japón el lunes en Praga.
El primer ministro checo se ha comprometido a vender a Tokio permisos de emisión de 40 toneladas de dióxido de carbono. A cambio, solicita introducir en el país tecnologías japonesas para ahorrar energía y proteger el medio ambiente y, de esta manera, reforzar la cooperación científica y tecnológica.
“En la República Checa existen 247 empresas japonesas: 156 comerciales, 88 industriales y sólo tres que se dedican a la investigación y desarrollo. En esa área es donde se abre la posibilidad para una futura cooperación”, destacó Topolánek. Topolánek también abogó por reforzar las relaciones comerciales entre ambos países. Subrayó que la situación actual favorece definitivamente a Japón y expresó su deseo por derrumbar cuanto antes las barreras que dificultan la penetración de las compañías checas en el mercado japonés.
Recordarán que durante las últimas semanas les estamos contando la triste noticia de que existe cierta tensión racista contra los gitanos que viven en la República Checa.
Las reacciones esta semana han venido de las propias asociaciones gitanas que han querido realizar manifestaciones de protesta contra la situación de discriminación en la que viven.
A dos semanas del ataque incendiario contra una familia gitana en Vítkov, durante el que una niña de dos años sufrió quemaduras graves, los gitanos exclamaron que su paciencia se está agotando. En Praga, Brno, Ostrava, y otras doce ciudades, centenares de ciudadanos de esa etnia demandaron el cese de los ataques que reciben por parte de radicales de extrema derecha.
Los participantes recalcaron que en medio de un ambiente xenófobo es imposible vivir y educar a sus hijos. Ludvík Slánko, activista de la ciudad de Náchod, al noreste del país, señaló que muchos gitanos se marchan al exterior en busca de una mayor seguridad para sus familias.
“La extrema derecha quiere obligarnos a emigrar. Pero ¿por qué deberíamos irnos? Vivimos en este país desde hace siglos y estamos orgullosos de ser checos. Aquí nacieron nuestros padres y abuelos y aquí queremos vivir también nosotros. No queremos emigrar, queremos seguridad para nuestros hijos. Queremos saber que si en la mañana van a la escuela, por la tarde regresarán sanos a casa”, dijo Slánko.