Siesta a la medida de los checos
La hora sexta, es la denominación que recibía la siesta por parte de los antiguos romanos. Fruto de nuestro reloj biológico, la siesta está dirigida a limitar el 'bajón' que atraviesa nuestra energía entre las 12 y 15 horas, o sea cuando hace más calor. Debido a las altas temperaturas que se sufren este verano se abre el debate sobre la introducción de la siesta en la sociedad checa.
La ola de calor que afecta este verano a la República Checa ha puesto a pensar a meteorólogos, médicos, patronos y público en general, sobre la eventual introducción de la "siesta checa".
El climatólogo Jan Petrel publicó en la prensa una evaluación sobre los cambios climatológicos destacando que desde el año 1983, pero sobretodo a partir de 1988, los veranos en la República Checa son cada vez más cálidos.
Las temperaturas extremas se repiten con mayor frecuencia, lo que no descarta, según el experto, que el verano centroeuropeo llegue pronto a parecerse al que hasta ahora ha reinado en el sur del Continente.Muchas personas llevan mal las altas temperaturas. A pesar de cumplir las recomendaciones de los médicos de beber unos cuatro litros de agua al día y no exponerse innecesariamente al sol, el calor les resulta sumamente agobiante.
Países como España, Portugal e Italia, entre otros, así como la mayoría de los países Latinoamericanos, con climas tropicales, practican la siesta como para poder así enfrentar el resto de la jornada.
El código laboral checo no presenta obstáculos para la eventual introducción de la siesta. En el mismo se hace énfasis en la jornada laboral semanal, o sea, que resulta indiferente de qué manera el empleado reparta su trabajo durante el día, siempre y cuando llegue a un acuerdo con el patrono y cumpla el total de horas a la semana.La eventual introducción de la siesta en la República Checa, al estilo del sur de Europa, con bancos e instituciones públicas cerradas, todavía no está a la orden del día, pero no se descarta que la empresa privada dé los primeros pasos en este sentido.
Los expertos en siesta dicen que la duración de la "cabezada" no debe ser superior a una hora ni inferior a 15 minutos. Durante este lapso de tiempo la tensión arterial y la temperatura corporal disminuyen, lo que induce a un reposo más profundo. Está demostrado científicamente que una siesta mejora la salud, la circulación sanguínea, previene el agobio, la presión y el estrés.