Servicios Secretos, Constitucionalidad y Transición en Europa del Este - III Parte

Los casos más interesantes son los de aquellos países que se reformaron a medias, ya que demuestran ciertas patologías que pueden servir como lección para otros países en transición. En 1996, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa pasó una resolución enfocada hacia los países post-comunistas que quieran ingresar a la Unión Europea.

Hablando de las instituciones e influencias perniciosas del previo régimen que ponen en peligro la nueva democracia, la resolución menciona que: Para restablecer un estado civilizado y liberal. Las viejas estructuras y patrones de pensamiento tienen que ser desmantelados. Los peligros de una transición fracasada son muchos. En el mejor de los casos, gobernará la oligarquía en vez de la democracia, la corrupción en vez del derecho, y el crimen organizado en vez de los derechos humanos. En el peor de los casos, el resultado puede llegar a ser una "restauración de terciopelo" del régimen totalitario.

En ese peor de los casos, el nuevo antidemocrático régimen de un país más grande puede llegar a presentar una amenaza internacional hacia sus vecinos más débiles. Esta advertencia llegó demasiado tarde para varios países que ya se habían convertido en los ejemplos empíricos que utiliza el Consejo de Europa. Mientras las transiciones de otros tipos de régimen suelen no dejar desechos tóxicos en la nueva democracia, las transiciones de dictaduras totalitarias son diferentes, y estas pueden regresar si no se presta atención a las fuentes que alimentaban la parte visible de la dictadura. Esto incluye el aparato represivo.

Hubo un grupo de países donde los servicios secretos se reformaron parcialmente, por varias razones, al llegar las fuerzas democráticas al poder tras la caída del comunismo o de algún régimen de tipo post-comunista. De las transiciones originales tempranas encontramos en este grupo a Polonia y Hungría; más tarde se les sumaron Bulgaria, Eslovenia, Lituania, Bielorrusia, Armenia, Azerbaiyán y Albania; y un tercer grupo incluye a Croacia, Yugoslavia (Serbia y Montenegro), Rumania, Macedonia, Mongolia y Georgia. Está por verse lo que hacen los nuevos líderes en Ucrania y Kyrgyzstán. Eslovaquia cae dentro de este grupo aunque fue un caso especial.

En todos estos casos la falta de reformas en general a los servicios secretos heredados del pasado totalitario se ha pagado con importantes retos a la constitucionalidad, al desempeño económico, la soberanía nacional y hasta la paz social. ¿Porqué los demócratas allegados al poder reformaron a medias? Lo lógico y natural es que apliquen la experiencia mundial para proteger la constitucionalidad de sus países y salvaguardar su poder también. Después de todo, tenían la mayor parte de ellos ya los ejemplos de vecinos exitosos y fracasados en este rubro. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos cuando los demócratas toman el poder, vemos sólo reformas a medias. Esta ha sido una gran paradoja para los que estudiamos los procesos de transición. No hay una teoría global, pero empíricamente podemos agrupar las causas.

Pacto con régimen anterior. Como el pionero de la transición del comunismo, en Polonia los demócratas pactaron con el gobierno comunista para organizar elecciones y una salida gradual del comunismo. Al director de la policía política se le dejó en su cargo todo un año como ministro del Interior bajo el gobierno no comunista de Tadeusz Mazowiecki, y no se le hizo prácticamente ninguna reforma al aparato de seguridad mientras se destruían valiosos archivos. Aún cuando el Partido Comunista se había colapsado, el gobierno de Solidaridad no rompió con el formato de la mesa redonda y con el pacto que dejó a comunistas claves en el poder.

Nomenklaturización, corrupción y falta de voluntad. Este es una de las razones más comunes; líderes democráticos llegan al poder y dejan seducirse por las redes, oportunidades de lucro, información y herramientas de poder que representan las fuentes de abastecimiento del "tumor" del viejo régimen. En Serbia se convocó a una comisión de la verdad en el 2001 y se pasó en el parlamento una ley de lustración en el 2003. Sin embargo, ninguna de estas iniciativas tomó vuelo ni tuvieron un impacto importante ya que faltaba la voluntad política para dar seguimiento, y se prefería una "amnesia colectiva" de los abusos del régimen de Slobodan Milosevic y de las guerras que este provocó.

El costo más visible de esta amnesia fue el asesinato del primer ministro serbio, el reformador radical Zoran Dzindic. El acusado del asesinato y actualmente en la corte es el ex jefe de la rama para operaciones especiales de la policía política de Milosevic. Este aparentemente utilizó el vestigio de sus redes dentro del aparato para efectuar su magnicidio. Falta de tiempo o experiencia. El gobierno reformador de Philip Dimitrov en Bulgaria duró sólo unos meses en 1991-92 en el poder antes de caer. Algunas reformas ya se habían comenzado aun antes de su llegada, por los gobiernos post-comunistas de coalición. Por ejemplo, se disolvieron las redes de informantes, se dividieron los servicios y algunos se trasladaron a diferentes ministerios. Al regresar los demócratas, se pasó (en 1997) una ley de lustración prohibiendo a ex colaboradores del servicio secreto de postularse como candidatos al parlamento y a la presidencia.

Pero la mayoría de los archivos relevantes ya se habían destruido, privatizado, o perdido, haciendo una tarea difícil de implementar dicha ley. En Lituania, similarmente, el gobierno anticomunista de Vytautas Landsbergis duró sólo unos meses antes de que retornaran los ex comunistas, los cuales pusieron alto a las medidas de reformas y lustración iniciadas por Landsbergis.

Temor a inestabilidad. El gobierno emanado de las fuerzas democráticas que fue electo en Rumania en 1996 hizo reformas mínimas al aparato de la Securitate heredado de los gobiernos emanados del comunismo, aparentemente, por temor a la inestabilidad y por lo tanto al riesgo de demorar la entrada del país a la OTAN y a la Unión Europea. Podría haber otras hipótesis que expliquen la renuencia del presidente Emil Constantinescu, ya que este, aunque lanzado por las fuerzas democráticas, había servido como funcionario del partido comunista varios años.

Falta de presupuesto. En Eslovaquia, aparentemente una de las razones principales por la cual los servicios secretos heredados por el gobierno de Mikulas Dzurinda en 1988 no fueron enteramente despedidos y reemplazados con personal nuevo, fue por el costo. Falta de poder. En Bielorrusia la KGB (se sigue llamando así) es posiblemente la policía política menos reformada desde tiempos comunistas en todo el ex bloque. El liberal Stanislau Shushkevich fue presidente del Soviet Supremo de 1991 a 1994, pero no tenía poder real.

La constitución no tenía una separación de poderes normal, especialmente entre Shushkevich y el primer ministro. Además, heredó un parlamento que era en su absoluta mayoría ex comunista. Era una anomalía de poder, y Shushkevich no pudo implementar ni reformas básicas al país, y menos a las estructuras de poder como la KGB. Emergencia nacional. La perversidad de ciertas elites o instituciones en su incentivo de provocar guerras con otros países se confirma en Armenia y Azerbaiyán, cuyos gobiernos electos heredaron una guerra que había comenzado en 1988 dentro de la misma URSS. El armenio Levon Ter Petrosian y el azerbaiyano Ebulfez Elcibey, ambos liberales y electos, sin embargo, continuaron la guerra territorial que heredaron. En un escenario de la patrie en danger, se hace menos probable reformar los sistemas castrenses, ya que el mismo consenso que se requiere para implementar reformas profundas (en varios ámbitos), se está utilizando para pelear una guerra "de salvación nacional."

Infiltración y sabotaje. Esta es obviamente la razón más difícil de diagnosticar. En prácticamente todas las dictaduras existe el fenómeno de infiltrados del aparato oficial en los círculos disidentes. Cuando se colapsa la dictadura y llegan al poder dichos disidentes, se traen a los infiltrados junto con ellos. Estos llevan la consigna de dejar intactas las redes anteriores o de utilizar la información con el fin de retornar al sistema anterior al poder. Dicha razón es residualusualmente se sospecha cuando la falta de reformas no se explica por las razones anteriores.

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