Richard Weiner
Falleció tres años antes de estallar la Segunda Guerra Mundial, pero desde los inicios de la década del 30 ya presentía la conflagración mundial que se avecinaba. Se llamaba Richard Weiner, se ganó el pan como periodista y fue uno de los más enigmáticos poetas y narradores checos de su época.
Richard Weiner ejerció primeramente de ingeniero, cuando se preparaba para heredar la destilería de su padre. Sin embargo, en 1912, al cumplir los 27 años, decide dedicarse profesionalmente a la literatura. Hasta aquel entonces sólo había escrito dos poemas.
Se traslada a París, ciudad que le atrae por su encanto liberal. Entretanto escribió dos poemarios y una antología de reflexiones periodísticas. Pero antes de acomodarse en la capital francesa, se vió obligado a regresar a Praga en su condición de recluta del ejército austro-húngaro. Estalló la Primera Guerra Mundial.Richard Weiner combate en el frente balcánico. Tras sufrir un ataque de nervios, fue despedido del servicio militar. En 1918 publica la antología de cuentos "La rabiosa". Es el primer libro checo en reflejar los horrores de la primera conflagración mundial.
Al finalizar la guerra, Richard Weiner regresa inmediatamente a Francia donde reside casi hasta su muerte acaecida el tres de enero de 1937. Lo curioso es que en Francia abandona la esfera literaria, convirtiéndose en corresponsal parisino del diario checo Lidové Noviny.
Un destacado crítico literario de aquella época, Jindrich Chalupecký, argumentó esta inesperada reacción de Weiner explicando que se traba de una doble fuga: de la profesión de escritor y del provincialismo checo.
En agosto de 1919, Richard Weiner escribió a su hermana "la atmósfera en Bohemia está envenenada". Por lo tanto, el acontecer en su patria lo observaba desde París. En su país natal no podía vivir, pero regresó a él morir.
Weiner no podía compartir el pragmatismo del oficialismo checoslovaco, representado en aquella época, además de por otros fenómenos, por la glorificación oficial del escritor checo Karel Capek. "El estilo de padre sabio y el vocabulario económico de Capek no me gusta," expresó Weiner en una carta.
A fines de los años veinte, Richar Weiner se familiarizó con el grupo francés "El Gran Juego", cuyos miembros se consideraban simplicistas literarios, ángeles y místicos sin Dios que saben soprepasar los límites de la conciencia. Pero como solían acompañar sus excursiones imaginarias con drogas, Weiner se separó posteriormente del grupo. "Yo, que creo en Dios trascendental, sólo puedo compartir el misticismo de mis compañeros en el caso de que el misticismo y el encantamiento por los misterios se encaminen hacia Dios," escribió Weiner, judío que abrazó el cristianismo.
La mayoría de sus poemarios, novelas y antologías de cuentos más conocidos, por ejemplo, "Muchas noches" y "Mesopotamia", Weiner los publicó entre 1928 y 1934. A Praga regresó definitivamente en 1935.
En las monografías literarias se destaca que Richar Weiner fue uno de los más importantes representantes del expresionismo, el surrealismo y el existencialismo. En la poesía se ve resaltada la proximidad de Weiner a los poetas checos Vladimír Holan, Vítezslav Nezval o Jirí Orten, mientras que en la narrativa los críticos literarios comparan a Weiner con Marcel Proust, James Joyce y Franz Kafka.