Resumen de la Prensa Checa

Todos los periódicos informan que el avión más famoso del mundo, el Boeing - Aire Force One, aterrizará este martes en el aeropuerto de Praga. A bordo de este medio de transporte estará el presidente de Estados Unidos, George Bush.

Todos los periódicos informan que el avión más famoso del mundo, el Boeing - Aire Force One, aterrizará este martes en el aeropuerto de Praga. A bordo de este medio de transporte estará el presidente de Estados Unidos, George Bush.

El rotativo Lidové Noviny señala que con el primer mandatario estadounidense llegarán también a Praga su esposa, Laura Bush, el ministro de RR. EE. Collin Powel, el ministro de Defensa, Donald Rumsfeld, la ex ministra de RR. EE., Madeleine Albright, y varios senadores. La delegación encabezada por George Bush incluirá aproximadamente a 700 personas, entre ellas, agentes de la FBI, guardaespaldas, médicos, choferes y cocineros.

El diario Mladá Fronta Dnes escribe que si los ciudadanos de Praga se encuentran durante la cumbre con una limosina blindada con bandera de EE. UU., no significará que en ella se encuentra George Bush. En la capital checa circularán durante la cumbre de la OTAN limosinas idénticas, lo que es una maniobra de camuflaje para confundir a eventuales terroristas.

George Bush llega con sus propios guardaespaldas. No obstante, según la ley, en caso de emergencia solamente la policía checa podría utilizar las armas. Los agentes estadounidenses pueden proteger al primer mandatario de EE. UU. únicamente con sus propios cuerpos.

El presidente checo, Václav Havel, según una entrevista concedida al rotativo Mladá Fronta Dnes, está convencido de que la República Checa como miembro de la OTAN podrá afrontar mejor la mayor amenaza del mundo de nuestros días - el terrorismo.

Según expresó Václav Havel, los adversarios de la OTAN a menudo dicen que antes la RCh era un protectorado de Rusia, y que ahora pasa a ser dominada por Washington; pero la diferencia reside en que, a diferencia del Pacto de Varsovia, nadie nos forzó a ser miembro de la OTAN.

El rotativo Hospodárské Noviny informa que la licitación pública para la compra de aviones caza que la República Checa tiene prevista realizar ya desde el año 1997 se iniciará de nuevo. La República Checa pensaba comprar 24 aviones caza del consorcio anglo-sueco BAE Systems/SAAB por más de dos mil millones de euros. "El contrato inicialmente previsto con el fabricante de los aviones supersónicos Gripen tiene que ser aprobado por el Parlamento y éste lo rechazó", explicó el primer ministro checo, Vladimír Spidla, el motivo de anulación del contrato.

Las Fuerzas Armadas checas disponen en la actualidad sólo de viejos aviones caza MiG-21 y durante la cumbre de la OTAN contribuirán a proteger el espacio aéreo checo los EE. UU.

El Gobierno buscará una solución menos costosa para adquirir aviones caza probablemente en colaboración con Eslovaquia. Ambos Estados podrían comprar, por ejemplo, los aviones conjuntamente y crear una unidad militar checo-eslovaca, señaló el ministro de Defensa, Jaroslav Tvrdík. Una condición indispensable para que la República Checa empiece a negociar con Eslovaquia es que ese país sea miembro de la OTAN. Se espera que Eslovaquia reciba la invitación para ingresar en la Alianza Noratlántica en la cumbre de dicha organización en Praga.

El diario Mladá Fronta Dnes informa que hace cincuenta años que en la antigua Checoslovaquia fueron condenados a la pena de muerte 11 funcionarios comunistas acusados de traición a la patria, sabotaje y espionaje. El monstruoso proceso afectó también al entonces presidente del Partido Comunista, Rudolf Slánský, que durante su carrera política ordenó el encarcelamiento de numerosos supuestos enemigos del Estado comunista.

Slánský fue acusado de ser el cabecilla de una trama que debía destruir el régimen comunista y fue uno de los muchos comunistas que fueron condenados en los procesos políticos de los años 50 en Checoslovaquia, país en que en toda la Europa postbélica se dictó el mayor número de penas capitales.

El escenario era siempre el mismo, las pruebas no eran importantes, los investigadores torturaban al condenado hasta que se reconociera culpable. El motivo principal de estos procesos era el de liquidar a las personas con principios que pudieran ser capaces de formar la oposición al dictador ruso Stalin.