República Checa aplaude los cambios en Yugoslavia

El Primer Ministro checo, Milos Zeman, al igual que otros políticos de este país, acogió con satisfacción los cambios democratizadores registrados en Yugoslavia, tras la caída del régimen autoritario de Slobodan Milosevic.

Praga es de la opinión de que el desmoronamiento del régimen de Miloshevich y la investidura al cargo presidencial en Yugoslavia del líder de la oposición, Vojislav Kostunica, abren nuevas posibilidades para las relaciones checo-yugoslavas. Estas podrían adoptar un acelerado ritmo de desarrollo inmediatamente después de ser anuladas las sanciones económicas contra Yugoslavia, de la Unión Europea.

En reacción con los cambios democratizadores en Yugoslavia, el Presidente checo, Václav Havel, señaló por boca de su portavoz, Ladislav Spacek, que "los países de Europa habían permanecido durante mucho tiempo a la espera del cambio. Ahora, finalmente, se abrieron nuevas posibilidades de colaboración y Europa está dispuesta a cumplir las esperanzas depositadas en ella."

El ministro de RR.EE. checo, Jan Kavan, considera que Yugoslavia se esforzará ahora por lograr su integración y estrecha colaboración con el resto de los países de Europa, lo que, a su vez, debería conducir a la estabilización de la situación en los Balcanes.

El restablecimiento de las relaciones checo-yugoslavas es apoyado igualmente por el diputado de los populares checos, Cyril Svoboda, quien afirma que Kostunica, a diferencia de Milosevic, "posee las cualidades típicas de un europeo, lo que parece evidente, en especial, en su forma de actuar a la hora de solucionar las cuestiones de orden político."

En una llamada telefónica, la jefa de la misión diplomática checa en Belgrado, Judita Stouracová, valoró altamente el que los cambios en Yugoslavia se hayan efectuado de forma rápida y pacífica y destacó la importancia que para la evolución de los acontecimientos yugoslavos ha tenido el que Milosevic decidiera finalmente abandonar el poder, así como el que el Ejército proclamara su decisión de no apuntar las armas contra el pueblo yugoslavo y respetar su voluntad de cara al futuro del país.