Rejvíz, pueblo recordado en muchas leyendas; Eva Olmerová sigue presente a través de sus canciones.

Rejvíz, es un pueblo situado en la sierra de Jeseníky, en el noreste de la República Checa. La naturaleza de esa zona es una de las mejor conservadas del país. Los habitantes locales afirman que ello se debe a que esas tierras las protege el espíritu de las montañas, Praděd, cuyo nombre lo lleva también la montaña más alta de la sierra de Jeseníky.

Los turistas que llegan al pueblo de Rejvíz admiran la arquitectura popular local, caracterizada por hermosas construcciones de madera. Quizás porque el pueblo se encuentra situado en la cima de una alta meseta a una altura de 800 metros sobre el nivel del mar y está rodeado de frondosos bosques y turberas, se menciona en un sinnúmero de leyendas populares.

No obstante, muchos de esos mitos hubieran desaparecido si no fueran rescatados por Sotiris Yoanidis, un afamado coleccionista de leyendas populares. El señor Yoanidis es de origen griego, pero en la República Checa vive desde su infancia. A la zona de Jeseníky le llevó su profesión de guardabosques y el pueblo de Rejvíz le encantó de tal manera que se quedó a vivir en él. Cuidaba de los bosques y en su tiempo libre comenzó a recopilar leyendas populares, según cuenta.

“Soy griego y creo que el amor hacia los mitos se debe a mi origen. Cuando llegué acá como guardabosques, quise conocer a fondo la historia de estas tierras. Acudía con frecuencia a la biblioteca y allí, entre diverso material histórico, encontré varias leyendas populares. El tema me entusiasmó y comencé a coleccionarlas.Con ayuda de los habitantes de la zona logré reunir leyendas interesantes, que hace poco publiqué en un libro. Éste contiene cuentos y leyendas que evocan los viejos tiempos en la zona de Jeseníky, en Silesia, y las labores y costumbres de los habitantes locales”, señala el señor Yoanidis.

En el siglo XVI, en el lugar donde hoy se encuentra el pueblo de Rejvíz había sólo turberas, bosques y prados. Se extraía allí arena y cuarzo que los vidrieros locales utilizaban para la fabricación de objetos de cristal. La primera casa de vivienda fue levantada en Rejvíz en 1768. Sotiris Yoanidis afirma que la ubicación del pueblo en medio de bosques y pantanos, apartado de la civilización, tiene mucho que ver con el hecho de que la mayoría de las leyendas locales provocan miedo.

“Efectivamente, las leyendas de la zona en torno a Rejvíz dan miedo y están vinculadas con las turberas y los pantanos locales. Muchas narran sobre personas que desaparecieron en ellos. Y otras hablan de las minas de las cercanas Montañas Doradas, donde antaño se extraía oro. Lo interesante es que los personajes de esos mitos nunca llegan a ser ricos. Algunos son bandoleros que se apoderan del oro y posteriormente son capturados, otros son mineros que, gracias a que descubren oro enriquecen, pero luego vuelven a empobrecer”, afirma el señor Yoanidis.

Sotiris Yoanidis
El coleccionista de leyendas agrega que hasta hoy, cuando uno atraviesa los pantanos locales de noche, le da escalofríos, porque si se desvía del camino indicado, puede llegar a hundirse hasta las rodillas en el barro.

Al preguntarle a Sotiris Yoanidis ¿cuál es el mito más popular de Jeseníky?, no vacila ni un solo momento con su respuesta.

“El personaje más original y popular entre los habitantes de la zona, es el pastor Gill. Es uno de los elementos clave de la mitología local. Las leyendas cuentan que el pastor Gill era un adolescente de unos 15 años de edad que pecaba mucho, por lo que el espíritu Praděd lo castigó. Lo convirtió en un enano fantasma, al que nunca nadie le dará de comer, ni le ofrecerá alojamiento. Por eso hasta hoy el enano Gill suele ser visto en los alrededores de Rejvíz paseándose junto a las lagunas locales”, matiza Yoanidis.

Las leyendas del pueblo de Rejvíz en Jeseníky cuentan que el pastor Gill, convertido en enano, lleva sufriendo varios siglos porque nadie lo quiere. No obstante y, a pesar de su tristeza, sigue esperando que alguien se apiade de él.


Este año se cumple el 15 aniversario de la muerte de la cantante checa, Eva Olmerová, una de las mejores cantantes nacionales de jazz. Admirada por sus fans, apreciada por sus colegas y elogiada por los musicólogos, Olmerová nunca llegó a tener el respaldo oficial que, con su fantástica voz, le habría permitido actuar en el mundo entero.

Con motivo del aniversario de la muerte de Olmerová, en la República Checa fue lanzado al mercado un nuevo CD con recopilaciones de los mayores éxitos de la cantante. El periodista y fotógrafo, Jaroslav Kříženecký, publicó a la vez un libre de recuerdos, apuntes y documentos que, aunque con atraso, rinden un merecido homenaje a esa “gran dama del jazz checo”, como caracterizó a Olmerová en cierta ocasión su colega Pavel Smetáček, con quien actuó largos años.

La vida y la carrera profesional de Olmerová no han sido fáciles. Como recalcó Jaroslav Kříženecký, en entrevista para Radio Praga, a la cantante le tocó vivir en un difícil período histórico en el que el éxito dependía de la orientación ideológica y tener otros puntos de vista no se perdonaba. “Pero su talento nadie se lo podía negar”, señaló Kříženecký.

“Sí, Eva Olmerová tenía talento de Dios, porque ella nunca estudió el canto. Escuchaba a otros y así fue aprendiendo. También le ayudaron sus colegas músicos. Mucho se debe asimismo a su experiencia, a las alegrías, dolores y fracasos en su vida personal y profesional. Una experiencia muy desagradable para ella fue cuando le prohibieron actuar en Praga a raíz de haberse negado a colaborar con la Policía secreta comunista. Todo eso se reflejaba en el cantar de Olmerová y eso uno no lo aprende, sino que está dentro de él”, dijo Kříženecký.

Eva Olmerová nació en Praga en 1934 y desde pequeña tenía una estrecha relación con la música y el canto. A los 17 años actuaba en los cafés y bares locales y fue bien recibida por el público, ya que tenía un timbre de voz muy especial y una increíble capacidad de sentir el jazz.

En vista de que su padre le prohibía esa actividad, Olmerová abandonó el hogar y decidió hacer su propia vida. Y, debido a que desde su infancia negó a someterse al conformismo y siempre ha defendido su libertad, junto con el éxito le tocó vivir también momentos difíciles, cuando tenía prohibido actuar.

Los tiempos de mayor gloria de Olmerová fueron para ella los años en el teatro de bolsillo Semafor, de Praga, así como, más tarde, la actuación con el Tradicional Jazz Studio de Pavel Smetáček. Entonces, según afirma Jaroslav Kříženecký, surgieron también las mejores grabaciones de Eva Olmerová.

A partir de los años 70, con el llamado “período de normalización” en Checoslovaquia, para Eva Olmerová todo fue cambiando para mal. Su talento difícilmente podía desarrollarse en condiciones de persecución permanente a los artistas inconformes. A Olmerová le fue impedido también actuar en el exterior, a pesar de invitaciones que obtuvo de Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos y otros países.

La cantante se refugió en el alcohol y las drogas, lo que fue deteriorando su salud. Y aunque en los años 80 la situación mejoró y la cantante volvió a presentarse en los escenarios nacionales y a grabar en los estudios, el alcohol ya no lo abandonó. Según recuerda el periodista Jaroslav Kříženecký, los cambios democráticos en el país, a finales de los años 80, llegaron muy tarde para Olmerová.

“Cuando en 1989 vino la Revolución de Terciopelo, la cantante se encontraba ya al borde de sus fuerzas y también su voz estaba afectada bastante por el alcohol y las drogas. Olmerová no era la misma de antes, aunque todavía dos meses antes de su muerte, grabó una excelente canción country titulada Esa juventud nuestra”, señala Kříženecký.

Eva Olmerová falleció en 1993 de cirrosis, a la edad de 59 años. El admirable talento y la potente voz de esa cantante que durante su vida no ha sido debidamente apreciada, las recordarán sus grabaciones.

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