Polonia es multada con medio millón de euros al día por la explotación de la mina de Turów
La justicia europea condenó a Polonia a pagar una multa de medio millón de euros diarios hasta que cierre la mina de Turów, en la frontera con Chequia. Desde Praga celebran el veredicto y confían en que consiga hacer que Polonia dé su brazo a torcer.
El Tribunal de Justicia Europeo impuso a Polonia una multa de medio millón de euros al día en respuesta a la negativa del país de cerrar la mina de lignito que mantiene operativa en Turów, cerca de la frontera con Chequia. Praga decidió llevar el caso ante la justicia alegando la existencia de peligros transfronterizos, sobre todo en lo que se refiere a la calidad del agua y el aire.
Ya en el mes de mayo, la justicia europea instó a Polonia a cerrar la mina. Las continuas negativas del país llevaron a Chequia a solicitar una multa de 5 millones de euros diarios. Si bien la multa impuesta a Polonia resultó ser mucho menor, desde Praga valoran el gesto como una importante medida de presión. Desde Varsovia se rechaza el fallo y, tal y como afirmó el portavoz del gobierno polaco, Piotr Müller, su intención es que la mina continúe abierta. Müller también afirmó que "suspender el trabajo en la mina amenazaría la estabilidad del sistema eléctrico polaco".
Por su parte, Jakub Kulhanek, ministro de Relaciones Exteriores checo, elogió el veredicto y tuiteó que "el objetivo principal sigue siendo el mismo: no se debe poner en peligro el acceso al agua potable en el lado checo".
Respecto a este asunto, Chequia tiene un aliado en Alemania, cuya frontera también limita con la mina de Turów. Berlín se pronunció en contra del aumento del ruido y el polvo provocado por la expansión de la planta. Polonia, por su parte, argumenta que ambos países tienen sus propias minas de lignito cerca de sus fronteras y que clausurar Turów, en funcionamiento desde 1904 y que da empleo a cerca de cuatro mil personas, pondría en peligro la estabilidad de su sistema de energía.
La multa se irá acumulando diariamente hasta que Polonia se decida a cerrar la planta, aunque el país aún depende del carbón para el 80% de sus necesidades energéticas. Desde Varsovia existe el compromiso de cerrar su última mina para el año 2049, en línea con los objetivos de la UE.
Pero las desavenencias entre Polonia y sus vecinos checos por esta cuestión, unido a la intervención europea, es otro capítulo más dentro de la tirante relación que mantiene Varsovia con Bruselas. Además, algunos medios hablan incluso del malestar de miembros del partido gubernamental polaco Ley y Justicia (PiS), que podría llegar a afectar las, por otra partes, cordiales relaciones dentro del Grupo de Visegrado.