Políticos checos rechazan postura austriaca contra la Central Termonuclear de Temelín

La Central Electronuclear de Temelín se ha convertido en la manzana de la discordia entre la República Checa y Austria. El oficialismo checo rechaza las intenciones de Viena de convertir la central checa en un obstáculo para el ingreso del país a la Unión Europea.

El ministro de Relaciones Exteriores checo, Jan Kavan, sostuvo este martes ante los medios de comunicación que no veía ningún tipo de vinculación en los asuntos referentes a la Central de Temelín y el ingreso de la República Checa a la Unión Europea.

El presidente Václav Havel se refirió también a la postura de los austriacos en torno a Temelín subrayando que la Central y la ampliación de la Unión Europea son dos cosas completamente distintas.

"En la Unión Europea no existe ningún convenio que prohiba la construcción de centrales nucleares, al contrario la mayoría de los países europeos utiliza la energía nuclear. Y en caso de existir dudas en torno a alguna central, deben iniciarse negociaciones al respecto, pero esto no tiene nada que ver con la ampliación de la Unión Europea", sostuvo el presidente Havel.

Como es sabido Austria mantiene desde los años setenta una postura muy firme contra la energía nuclear en Europa. Después de su ingreso a la Unión Europea su firmeza se reflejan en las protestas contra la política nuclear de los países poscomunistas aspirantes a las estructuras europeas.

El presidente de la Cámara de diputados, Václav Klaus, no ocultó este martes su disgusto tras conocer las amenazas de Austria de condicionar el ingreso de la República Checa a la Unión Europea por temor a problemas de seguridad en la Central de Temelín.

"Si Austria se amotinó contra las medidas que tomó contra el país la Unión Europea en enero de este año, soy yo quien ahora se subleva contra Austria" dijo Václav Klaus a los medios de comunicación.

El presidente de la Cámara de diputados recordó que la República Checa mantiene una postura estándar en torno a la Central de Temelín, por lo que pide a los demás países, y sobre todo a Austria, que hagan lo mismo.

Autor: Federico Picado
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