Pasión por la cinegética se cobra una nueva víctima
Un cazador de la ciudad de Luhacovice, en Moravia, mató la semana pasada en una batida al presidente de la asociación cinegética local al confundirlo con un jabalí. Es otra víctima de la larga lista de trágicos sucesos causados por la imprudencia de los cazadores en la República Checa.
También los cazadores deben regirse por la ley sobre armas y municiones.Y si quieren portar armas deben someterse a rigurosos exámenes. A pesar de ello, en los últimos años aumenta el número de personas alcanzadas por disparos de los cazadores. Éstos se disparan unos a los otros y representan un peligro también para su entorno. Por ejemplo, en diciembre de 2000 un cazador hirió de gravedad a un chico que bajaba en trineo. El pasado mes de febrero otro aficionado a la cinegética alcanzó durante la caza del zorro a un hombre que desmantelaba una señal de tránsito.
Los cazadores se defienden alegando que el número de sucesos trágicos durante la caza es mucho más bajo que el de los accidentes de tráfico en los que también mueren personas. Al comentar la reciente muerte del presidente de la asociación cinegética de Luhacovice, en Moravia, abatido por otro cazador, el directivo de la organización de cazadores de la cercana ciudad de Zlín, Frantisek Libosvár, lamenta la tragedia, pero opina que por un suceso de esta índole no es necesario cambiar las reglas de la caza.
Tampoco el Ministerio de Agricultura se prepara para endurecer las condiciones para la práctica de la cinegética de cara a las reiteradas tragedias. Su portavoz Hugo Roldán considera que la legislación que rige la tenencia de armas es suficientemente rigurosa.
El diputado Petr Kohácek, vicepresidente del comité parlamentario para la defensa y seguridad, admite que no sería malo que cada solicitante de permiso de caza se sometiera a tests sicológicos. Esta medida podría disminuir, a su juicio, el número de tragedias ocurridas durante la caza. En la República Checa hay unos 100 mil cazadores que abaten anualmente un millón de animales. Es un grupo de presión muy fuerte y recientemente logró en la Cámara la aprobación de una normativa que permite a los aficionados a la cinegética practicar la caza en terrenos de propietarios privados. El derecho a la propiedad queda en este caso subordinado a la pasión cinegética. Las autoridades deberían tomar, sin embargo, algunas medidas preventivas para que los cazadores respeten por lo menos nuestro legítimo derecho a la vida.