Encontrar una farmacia en una ciudad pequeña checa se torna cada vez más difícil
Los habitantes de pequeñas ciudades de Chequia consideran uno de sus problemas la paulatina desaparición de farmacias. Los farmacéuticos aseguran que los motivos son económicos.
La mala accesibilidad de las farmacias para los habitantes de ciudades pequeñas en Chequia se torna un problema cada vez mayor. Mientras que en 2015 había en el país más de 3000 farmacias, en 2022 su cantidad se redujo a 2500 y en las pequeñas aglomeraciones siguen desapareciendo.
De acuerdo con los farmacéuticos, mantenerlas resulta muy complicado por razones económicas. Los ciudadanos se ven obligados así a viajar hasta decenas de kilómetros a una localidad más grande para conseguir un remedio, como dijo a la Radio Checa Aleš Krebs, presidente del Colegio Farmacéutico Checo.
“El problema es que las farmacias cierran precisamente en lugares donde no hay otra. Esto significa que empeora la accesibilidad a las farmacias y la atención especializada de los farmacéuticos a los pacientes en las poblaciones de menor tamaño”.
Krebs recordó que la función de las farmacias radica no sólo en la entrega de medicamentos a los clientes, sino también en consultoría y orientación del paciente en el sistema sanitario. Porque, según confirman diversos estudios, cuando una persona tiene problemas de salud de menor gravedad, la farmacia es el primer lugar al que suele dirigirse en búsqueda de ayuda. En estos casos, los farmacéuticos son los primeros en ofrecer consejos al paciente y, en caso de necesidad, lo envían a un centro médico especializado.
Según Krebs, todos los farmacéuticos en Chequia son personas altamente cualificadas, con estudios universitarios de cinco años y, al igual que los médicos, deben profundizar sus conocimientos profesionales durante toda su vida activa. O sea, que a los pacientes ofrecen informaciones y consejos realmente cualificados.
El problema de la desaparición de farmacias en localidades pequeñas, según Aleš Krebs, tiene difícil solución según funciona el sistema actualmente.
“Es un problema económico, realmente. Los farmacéuticos en los centros urbanos de menor tamaño son remunerados mayormente por el precio del precio de los medicamentos. Y, en comparación con las grandes ciudades con numerosos policlínicos y hospitales, la diferencia entre el precio de los medicamentos es bastante grande. Lo que nosotros demandamos, es que la remuneración de los farmacéuticos deje de depender de los precios de los medicamentos”.
El Colegio Farmacéutico Checo quiere que el Ministerio de Salud tome en mayor consideración el trabajo de los farmacéuticos. Otra vía para frenar la desaparición de farmacias es que las grandes cadenas farmacéuticas junto a los hospitales creen sucursales en ciudades pequeñas o que las administraciones locales ofrezcan mayor ayuda a los farmacéuticos, por ejemplo, con espacios municipales de forma gratuita. No obstante, lo fundamental, insiste Aleš Krebs, es una reforma de todo el sistema de remuneración de los farmacéuticos.
