Consejo de Europa: Chequia sigue segregando a los niños gitanos en las escuelas
Dieciséis años después de escuchar el veredicto del Tribunal de Estrasburgo de que Chequia discriminaba los niños gitanos en términos de educación, el país sigue violando estos mismos derechos humanos y se encuentra bajo una vigilancia severa del Consejo de Europa.
“Hay que estar preparados para enseñar checo a los niños en primer curso, brindarles clases extra, por ejemplo, completar su educación”.
Daniel Prokop
Chequia tuvo que explicar este miércoles ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo por qué no ha avanzado en la solución del problema de la segregación de niños gitanos en las escuelas. Ya en 2007, dicho Tribunal constató que el país había violado los derechos humanos de 18 niños gitanos al mandarlos a escuelas especiales y denegarles el acceso a la misma educación que reciben el resto de niños. En 2014, la Comisión Europea abrió contra Chequia el juicio por violar la ley de la UE. Ahora, las instituciones piden explicaciones a los representantes del Ministerio de Educación.
Como cuenta Anna Košlerová, periodista de la Radio Checa, la segregación de los niños gitanos en las escuelas checas es de varios tipos.
“La segregación ocurre por medio de varios mecanismos: el primero es que los niños se mandan a clases especiales en las escuelas primarias, el segundo es que van a escuelas especiales y el tercero es que se les diagnostica un leve retraso mental”.
Mientras que el porcentaje de los niños gitanos en las escuelas primarias es del 3%, en las escuelas especiales es del 22%. Muchas veces, el diagnóstico sobre el retraso mental no se debe a un trastorno cerebral sino a la situación social y económica del niño y su familia, pero también al hecho de no hablar el checo como su lengua materna sino el romaní, prosigue Košlerová.
De acuerdo con el sociólogo Daniel Prokop, el problema de segregar a los niños gitanos y posponer la solución de esta cuestión cada vez más afecta también al sistema en cuanto a la inclusión de niños extranjeros.
“La diferencia entre el dinero que una persona así recibe en prestaciones sociales y lo que paga en impuestos son unos 120.000 euros”.
Daniel Prokop
“Hemos aplazado la preparación del sistema educativo checo para la llegada de extranjeros. Y cada vez hay más. Hay que estar preparados para enseñar checo a los niños en primer curso, brindarles clases extra, por ejemplo, completar su educación. Esto es algo que se necesita no solo en el caso de los niños gitanos sino en muchos más casos. Todo esto desemboca en una peor integración de los extranjeros en Chequia y esto lleva consigo pérdidas económicas”.
Los números muestran que en Chequia sigue habiendo unas 130 escuelas en las que se aplica la segregación, es decir, escuelas que cuentan con más de un tercio de alumnos de origen gitano. A lo largo del tiempo, esta cifra se mantiene más o menos igual, a pesar del intento de 2016, cuando Chequia adoptó la enmienda inclusiva.
Además de la transgresión de los Derechos Humanos, el propio Estado pierde finanzas, “pagando” por los fallos del sistema, prosigue Prokop.
“Muchas veces los niños segregados no terminan el instituto. Analizamos cuánto le cuesta esto al Estado. La diferencia entre el dinero que una persona así recibe en prestaciones sociales y lo que paga en impuestos son unos 120.000 euros. Así también restringimos el crecimiento económico”.
De acuerdo con Jiří Nantl, del Ministerio de Educación, la segregación de los niños gitanos es inaceptable, tanto desde el punto de vista legal como humano, la sociedad pierde talentos y se generan pérdidas económicas.
“Estamos buscando maneras de fortalecer la posibilidad del Estado de supervisar el sistema de consultorios y dirigirlo”.
Jiří Nantl
Hasta finales del año pasado, el Gobierno tuvo que aprobar medidas que contribuyeran a solucionar la situación. Esto, no obstante, no sucedió. Según el Ministerio, el problema es que los consultorios psicológicos y pedagógicos dónde se obtiene el diagnóstico de un trastorno mental, por ejemplo, no están centralizados, caen bajo la responsabilidad de su región y el Ministerio no influye en su funcionamiento. Además, también algunos trabajan con métodos de diagnóstico de la época comunista. A Nantl le gustaría cambiar eso, según dijo a la Radio Checa.
“Estamos buscando maneras de fortalecer la posibilidad del Estado de supervisar el sistema de consultorios y dirigirlo. Creo que se abre un debate muy serio sobre si estos consultorios pedagógicos y psicológicos no deberían estar gestionados por el Estado”.
Otra medida prevista por el Ministerio de Educación es resolver el sistema de escuelas de referencia ya que sucede que algunas escuelas son las de referencia para alguna localidad concreta excluida. A su vez, el Ministerio habla sobre demandar la desegregación en las escuelas y, en el peor de los casos, cerrar las escuelas segregadas.
Según los directores entrevistados por la Radio Checa, lo que ayudaría es “distribuir la responsabilidad” entre las escuelas y con esto concuerda también el sociólogo Prokop.
“La mayoría de las escuelas segregadas funciona en localidades dónde entre el 3% y el 8% de los alumnos son gitanos. Si estos niños se distribuyen de tal manera para que cada clase cuente con dos o tres niños gitanos, sería conveniente. También así sería aceptable para los padres del resto de niños, porque su postura cambia si hay más de tres niños gitanos en una clase. La mayoría de las escuelas segregadas está en localidades dónde se puede solucionar el problema”.
De acuerdo con la periodista Košlerová, otro problema es la confianza de los padres de los niños gitanos en las escuelas con mayoría de alumnos no gitanos, donde estos se pueden enfrentar a otro tipo de discriminación.
En el caso de que Chequia no tome medidas funcionales para resolver el problema, los representantes del país seguirán yendo a Estrasburgo eternamente, dice Jana Karasová de la Radio Checa, pero añade que el asunto inquieta también a la Comisión Europea y la UE. Puede suceder que el caso termine ante el Tribunal de Justicia de la UE en Luxemburgo como pasó en 2023 a Eslovaquia por la misma cuestión. La última medida de la UE sería imponer sanciones al país.
