Raquel Benítez, la madrileña que cambió París por Praga
Vino a República Checa hace más de siete años para trabajar como guía de turismo. Sin embargo, la llegada de la pandemia le valió una fuerte crisis laboral y hasta existencial de la que salió muy bien parada gracias a una idea: la de crear breves videos con información de la capital checa que enseguida empezaron a circular con éxito en casi todas las redes sociales. En esta entrevista, la creadora de la cuenta @yovoyviajando nos revela, entre otras cosas, qué fue lo que, en su momento, la enamoró y la sigue enamorando de Praga.
Apasionada por la historia del arte y la siempre tentadora idea de armar las valijas, a los 17 años Raquel Benítez, la creadora de la cuenta @yovoyviajando se decidió por turismo, una carrera muy completa que, en su opinión, tiene la gran ventaja de abrir puertas inesperadas. Tan inesperadas como las que, por ejemplo, la llevaron a ella misma a Praga luego de haber vivido un tiempo en islas Canarias y París.
“Vine hace siete años y medio a Praga, yo estuve viviendo un año en París con una empresa de turismo, pero esa temporada la verdad que no fue muy buena porque justo sucedieron los famosos atentados de Bataclan, por lo tanto ahí el turismo desapareció, me quedé sin trabajo y me puse a cuidar a una niña que siempre diré que es una experiencia preciosa, porque ella era encantadora, pero la verdad es que no había ido a París para trabajar de eso. Entonces, algunos meses después me surgió la oportunidad de venir a Praga porque estaba viviendo aquí mi hermano, y fue él quien me avisó que había una empresa que tenía unas vacantes, que por qué no probaba, porque a él Praga le gustaba mucho y tal vez a mí me gustaría más que París”.
“En la pandemia yo vivía dos realidades: la de Praga y la de España por mi familia y mis amigos”.
Aclara Raquel Benítez que, cuando ocho años atrás, vino a visitar a su hermano, no conocía absolutamente nada de la capital checa, pero a la vez sentía la convicción de que se trataba de un viaje decisivo: en el caso de que realmente le gustara la ciudad, había muchas posibilidades de que la terminara eligiendo nada menos que como su nuevo hogar.
“Y, claro, pues me encantó. Fue como ‘Dios mío, qué ciudad tan bonita’ y en ese momento era también muy barata, sobre todo para mí que venía de París. Claro, yo comparaba los precios y decía: ‘qué maravilla, la capacidad de ahorro que voy a tener’. Al final, me llamaron la atención muchas cosas y dije: ‘venga, voy’. Estuve primero obviamente pasando exámenes durante meses hasta que finalmente me contrataron en esa empresa y vine. Y hasta ahora”.
Aunque no faltan quienes encuentran algunas relaciones de semejanza entre las respectivas capitales de Francia y Chequia, como la gran cantidad de edificios Art-nouveau y hasta esa Torre Eiffel en miniatura que es Petřín, a Raquel, por el contrario, le parecen dos ciudades completamente distintas. Tanto es así que lo que más le gustó de Praga fue, en algún punto, aquello que más rápido la ayudaba a dejar atrás sus pequeños traumas en la Ciudad Luz.
“París es, al final, una ciudad que a mí para vivir no me entusiasmó: era muy caótica y la verdad es que yo odiaba el metro y hasta tengo que decir que cuando vine a vivir a Praga quise instalarme en el centro para no tener que tomar el transporte público, porque hasta venía de tener pesadillas con el metro de París. Y claro, ves el transporte público de Praga, lo bien que funciona y lo limpio que está, porque lo cuidan bastante, y eso fue principalmente lo que me gustó de Praga”.
Como contrapunto, dice que a pesar de que ya lleva casi ocho años viviendo en Chequia, le sigue costando convivir con el frío y la oscuridad. Sin embargo, asegura que, en el juego de comparaciones, todo aquello que la enamoró de Praga sigue imponiéndose a casi cualquier obstáculo. En especial, ese impresionante patrimonio histórico que parece encontrarse debajo de cada piedra de la ciudad, y que ella se ha encargado de transmitir al público hispano en cada uno de sus tours. Al menos hasta ese momento bisagra que, dentro de su estadía en Praga, significó para ella la irrupción de la pandemia.
“Fue un desastre porque, como en todo el mundo, de la noche a la mañana, cerraron las fronteras y además yo venía justo de un viaje, había estado un mes en Perú. Y justo el día que volvía de Perú, cerraron las fronteras por la noche y yo en Perú no me había enterado de nada, yo estaba feliz, viajando, leía noticias pero, como la mayoría, al principio no hacíamos mucho caso a lo que estaba pasando. Y llegué y me encontré sin trabajo. Y, como todos, al principio pensé que iba a ser temporal, pero no. Además lo que me pasó es que en la pandemia yo vivía dos realidades: el modo en que vivíamos la pandemia en Praga, pero a la vez estaba viviendo la pandemia de España por mi familia y mis amigos”.
Aclara Raquel Benítez que, sobre todo en Madrid, antes de convertirse en guía de turismo, había realizado varios trabajos, por ejemplo, como vendedora y recepcionista de hotel. Sin embargo, después de tantos años de dedicarse de lleno al rubro del turismo, y ante la enorme dificultad que significaba esa gran parálisis que trajo la pandemia, llegó a tener la horrible sensación de que no estaba preparada para hacer otra cosa. Tal como ella misma dice, ese año 2020 constituyó, por lo tanto, un momento clave que la obligaba, ni más ni menos, que a reinventarse.
“Dije, ¿qué hago? Pues, voy a empezar a hacer videos en redes sociales con información de Praga, de lo que yo sabía que la gente siempre tenía dudas cuando viajaba a Praga por los tours, por lo que la gente me contaba, y esos videos, poco a poco, empezaron a crecer y empecé a hacer contenido sin parar hasta que se convirtió en otro trabajo más. Al principio, fue como una vía de escape para entretenerme, porque me iba por la calle sola con el teléfono y me ponía a hacer directos en TikTok que veía gente que no me seguía y hacía paseos grabando lo que veían mis ojos y la gente agradecía un montón eso porque podían viajar a través de la pantalla, pero en directo”.
En definitiva, lo que en un principio parecía una profunda crisis existencial, se terminó convirtiendo, gracias a esos videos, en una época muy productiva y hasta bonita. En efecto, dice Raquel que, en medio de ese aparente callejón sin salida, las redes sociales le permitieron vislumbrar una ruta alternativa. Aunque es muy popular en Tik Tok y ya empieza a tener también presencia en Youtube, afirma Raquel Benítez que a la red que más cariño le tiene es Instagram, porque allí percibe un mayor sentido de comunidad. En todo caso, ella considera que la clave del éxito en ese tipo de emprendimientos pasa por hacer lo que a uno le guste y del modo más natural posible.
“Principalmente, mi contenido va para los turistas porque entiendo que la gente que vive aquí ya sabe muchas cosas o sigue cuentas en inglés que tienen mucha información, así que mi idea era, sobre todo, para los turistas, pero poco a poco me di cuenta de que me seguía mucha gente que vive aquí también y hasta me encuentro con gente en la calle que me saluda y me dice: “Tu video de tal cosa me ayudó un montón, porque no tenía ni idea…” E incluso me siguen muchos checos que hablan español”.
“Mi contenido va para los turistas, pero poco a poco me empecé a dar cuenta de que también me sigue mucha gente que vive aquí”.
Por el momento, ese arduo trabajo que implica tener una buena idea, salir a filmar y hacer la edición, no le da a Raquel Benítez un rédito económico. Sin embargo, ella considera que la mejor recompensa de su esfuerzo es la creación de una gran comunidad que le provea cada vez más turistas para cada uno de sus recorridos, que se dividen, básicamente, por zonas o barrios: la Ciudad Nueva, Malá Strana, Josefov y el Castillo.
“Toda la información que muestro de Praga, consejos, historia y todo lo que pueda reunir tiene como objetivo que, al final, la gente haga los tours conmigo y, de hecho, lo consigo. Ya con eso, la gente me busca para hacer los tours privados. Aparte de eso, yo colaboro hace muchos años con una empresa de free tours con la que tengo un acuerdo de afiliados. Es decir, cuando alguien reserva un lugar a partir de un enlace que tengo en mi perfil yo gano una comisión y eso es también trabajo que le doy a mis compañeros o incluso a mí misma cuando hago algún free tour”.
Revela Raquel Benítez que lo que más le gusta de mostrar de Praga es la cara de sorpresa que pone la gente cuando ven algunos de sus monumentos o la emoción que les produce escuchar algún capítulo de esa historia tan reciente que es el siglo XX. A ella misma lo que más la fascina de la capital checa es el reloj astronómico, a tal punto que no entiende cómo algunos turistas se conforman solo con llegar a una hora en punto y ver el show de los autómatas. En su opinión, lo que realmente vale la pena es intentar entender ese fascinante mecanismo que permite ver, al mismo tiempo, los distintos husos horarios, el movimiento del sol, las fases lunares, el zodíaco y hasta la hora astral y al que, por supuesto, le dedicó uno de sus famosos videos.