Camiones y furgonetas, vehículos de la muerte
Los unos se sienten reyes de las carreteras por su tamaño, los otros acaban de sacar el carné de conducir y el volante les da la sensación de invencibles. Según las estadísticas, los camioneros y los conductores de furgonetas representan la mayor amenaza en el tráfico checo.
Solamente los camioneros causaron el año pasado 1 115 accidentes más que en 2005, aunque las consecuencias fueran menos trágicas. En 2006 murieron en estos accidentes 122 personas, mientras que el año anterior el número de las víctimas mortales llegó a las 136.
Los camiones con un peso superior a las 12 toneladas y las furgonetas mantienen el triste liderazgo de las estadísticas de accidentes. Basta con circular por la temida autopista D 1 que une la capital checa con Brno al sureste del país. Los camioneros suelen conducir sin respeto a los demás, adelantando uno al otro durante varios minutos y muchas veces en un tramo peligroso. Un control realizado en el invierno pasado verificó que casi tres cuartos de los camioneros superaron la velocidad de los 80 kilómetros por hora en la autopista cubierta por hielo y al nevar.
Por su parte, al volante de las furgonetas se sientan con frecuencia conductores jóvenes inexpertos, porque para manejarla no necesitan más que un carné de conducir para un coche privado. Además las furgonetas circulan a menudo sobrecargadas ya que su peso, a diferencia de los camiones, no se controla.
Encontrar conductores profesionales es un problema en toda Europa. Mirando las cifras, el portavoz de la Asociación de Transportistas Cesmad, Martin Felix, defiende a los conductores objetando que el año pasado aumentó el tráfico y que los conductores profesionales están obligados a comunicar a la Policía cada accidente.
Los conductores checos pueden esperar que sus colegas profesionales respeten el Decálogo de un buen camionero, que les repartió Cesmad, y que luego todos juntos puedan cantar con Jirí Laufer: Adiós, amor, sigo en mi camino.