Cambios en la Iglesia Católica Apostólica Romana checa
Grandes cambios se esperan en un próximo futuro en la Iglesia Católica Checa.
El nuevo arzobispo suele ser nombrado varios meses después de que su antecesor presente la solicitud de retiro. En vista de que los arzobispos de Praga tradicionalmente habían tenido también el título de cardenal, estando facultados así para elegir al papa, se espera que al nuevo Primado de la Iglesia Católica checa le sea conferido también ese alto cargo eclesiástico.
Vlk encabezó la Iglesia Católica checa durante los pasados dieciséis años, habiendo asumido el cargo después del fallecimiento del cardenal Frantisek Tomásek, quien había gozado de gran prestigio a nivel nacional e internacional.
Durante la era comunista, Miroslav Vlk había trabajado en las estructuras clandestinas de la Iglesia Católica checa. Al asumir después de los cambios democráticos en el país el máximo cargo en la Iglesia, Vlk se dedicó a ayudar a incorporarse a las labores eclesiásticas a los demás sacerdotes que durante el comunismo fueron consagrados secretamente y posteriormente trabajaron en la clandestinidad. Hasta el presente, no obstante, el Vaticano no ha adoptado una postura unánime frente a los sacerdotes clandestinos.Entre otros problemas abiertos que heredará el nuevo arzobispo de Praga, figura la controvertida relación entre la Iglesia Católica y el Estado Checo. Las discrepancias se profundizaron a raíz del pleito entre la Iglesia y el Estado por la posesión de la Catedral gótica de San Vito en Praga. La República Checa es asimismo uno de los pocos países del mundo que hasta el presente no ha suscrito el Concordato con el Vaticano.
Son varios los candidatos al cargo de Primado de la Iglesia Católica checa, entre ellos el arzobispo de Olomouc, Jan Graubner, el obispo de Hradec Králové, Dominik Duka, y el obispo de Pilsen, Frantisek Radkovský. Sin lugar a dudas, el sucesor de Vlk tendrá que encarar muchos problemas. Una de sus tareas primordiales consistirá en convencer a la población, que en su mayoría es atea, de que la Iglesia Católica checa quiere coparticipar activamente en el desarrollo del país y en el cuidado por el patrimonio histórico-cultural de la nación.