La cerveza sube de precio pero los checos seguirán tomándola

La industria cervecera checa ha anunciado que a contar de noviembre los precios del líquido dorado se incrementarán en un ocho por ciento. Hablamos con un barman local, quien explica que no por eso los checos dejarán tomarla.

"Somos los campeones mundiales en tomar cerveza y no porque los precios suban, dejaremos de serlo", dice enfático Rostislav Fiala, quien además de estudiar informática, trabaja hace dos años de barman.

Rostislav dice ser un bebedor moderado. Se toma, en promedio, tres jarras de cerveza al día. Saquen la cuenta. Cada jarra es de medio litro. Al año son... 547.5 litros de cerveza.

Rostislav ayuda a mantener el promedio. Según las estadísticas, el consumo per cápita en el país es de 160 litros al año, incluyendo bebés y ancianos.

De lejos, el primer lugar en el ranking mundial y este barman dice que eso no va a cambiar, a pesar de los incrementos en el precio, aunque para noviembre se haya anunciado otra alza, esta vez del ocho por ciento.

"No creo que porque la cerveza suba de precio vaya a venderse menos. Desde que cayó el comunismo, el precio de la cerveza se ha incrementado muchas veces, y la gente que bebe cerveza se queja, claro, pero no por eso han dejado de tomarla. Seguimos primeros en el ranking mundial de bebedores de cerveza y eso no va a cambiar", dice.

Rostislav Fiala nació hace 24 años en Karlovy Vary y trabajó un tiempo, después de terminar sus estudios secundarios, en pubs de esa ciudad al oeste del país. Ahora vive, estudia y trabaja en Praga, aunque ha viajado por Europa, y sostiene que la cerveza acá sigue siendo la más barata.

"He viajado por Europa y en todos los países en los que he estado la cerveza es mucho más cara que aquí", afirma.

También reivindica su trabajo de barman ya que dice que no lo cambiaría por uno de oficinista, que se aburriría.

"Sí, me gusta ser barman, me gusta el contacto con la gente, es un trabajo vivo, no tan aburrido como estar encerrado en una oficina, me gusta, está bien", indica.

Dice que en una jornada normal de trabajo llega a servir hasta 300 jarras de cerveza. ¿El secreto de servir una buena cerveza? Se lo preguntamos a este barman.

"Sobre todo el que la sirve la debe amar también. No es tan difícil servir la cerveza. Si la sirves con amor sale bien. Lo primero es que la debes servir en un vaso muy limpio. La cerveza se debe servir en un vaso húmedo, pero sin agua. Después debes servirla en un solo chorro y la espuma debe salir naturalmente, no de manera artificial", sostiene.

Y como buen conocedor que es, tambien quisimos preguntarle cuáles son los mejores lugares para beber en Praga. Rostislav Fiala tiene sus preferencias claras.

"A mí me gusta la cerveza que sirven en un bar que se llama U Hrocha, el hipopótamo, que está en Malastrana, el barrio pequeño. La cerveza debe correr por los tubos y ahí corre sin parar. Cuando se deja de servir la cerveza y la pipa está parada media hora, la cerveza que sale no es buena, no sabe bien, y en cambio cuando corre, siempre está fresca".

El tema de las marcas dice que es variable, que depende de quien sirve, y a veces una cerveza conocida puede no ser tan sabrosa y al revés.

"Con las marcas buenas, si se sirve mal, puede salir una cerveza mala, y con marcas no tan buenas, si el barman sabe servirla, puede gustarle a un gourmand también".

Y eso sí, cada día, después de trabajar, se da el tiempo para tomarse una, dos o tres jarras, ya que esa es una de sus motivaciones: saber que después de una ardua jornada laboral, podrá saborear la cerveza de sus amores, el pan líquido de los checos, según Rostislav Fiala.

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