Filip Jánský combatió en la guerra aérea contra los nazis
El alumno de secundaria Filip Jánský se marchó de la Bohemia ocupada por los nazis en abril de 1939. El pantalón corto de cuero fue el mejor disfraz del muchacho en su peligroso viaje a Francia que hizo a pie o como polizón en un tren. Por su atuendo se parecía a un joven sudetoalemán y así pudo cruzar el territorio de la Alemania nazi sin despertar sospechas. La suerte le favoreció también durante la Segunda Guerra Mundial cuando se desempeñó como ametrallador de la Real Fuerza Aérea británica. Sobrevivió a ocho aterrizajes forzosos.
Tras llegar a Francia, Filip Jánský se alistó en la filas de la Legión extranjera, ocultando que no había cumplido todavía los diecisiete años. Después de un duro entrenamiento en África fue destinado a un pequeño fuerte fronterizo en el desierto del Sahara.
Pero el joven no aguantó la férrea disciplina de la Legión extranjera y desertó. Una patrulla lo detuvo unos días después entre las arenas del desierto.
De la temible penitenciaría de Colomb-Béchar, en Argelia, le salvó la orden del ministro francés de Guerra que mandó liberar de las filas de la Legión extranjera a todos los checoslovacos para que pudieran incorporarse al ejército checoslovaco que se formaba en el exterior.
Desde el 15 de marzo de 1939 las tierras checas estaban ocupadas por la Alemania nazi. En Eslovaquia se estableció un régimen clerofascista, patrocinado por Hitler. La lucha armada en el extranjero parecía el único camino conducente a la liberación de Checoslovaquia.El ministro checoslovaco de RR.EE en exilio, Jan Masaryk, anunció este programa en las emisiones de la BBC, destinadas a la patria ocupada:
”Nuestro programa es la Checoslovaquia libre en la Europa libre y estamos dispuestos a sacrificar todo para conseguirlo. En breve las unidades checoslovacas volverán a estar en primera línea al lado de nuestros aliados. Llegará el día cuando el nazismo y con él todos nuestros opresores desaparecerán de la faz de la tierra”.
Filip Jánský era el miembro más joven de las fuerzas armadas checoslovacas en el extranjero. Después de la derrota de Francia por Hitler, en junio de 1940, fue evacuado del territorio francés a Gran Bretaña.
Para ser admitido en las fuerzas aéreas británicas se declaró mayor de lo que era. En otoño de 1940 concluyó como uno de los mejores alumnos el curso para ametralladores aéreos y fue destinado al 311 escuadrón checoslovaco que operaba en el marco de la RAF británica.
En Inglaterra servían tres unidades de aviación checoslovacas: un escuadrón de bombardeo y dos de caza.
El ametrallador Filip Jánský pasaba momentos escalofriantes a bordo del bombardero welligton que efectuaba ataques aéreos nocturnos a la Alemania nazi. Su puesto en la parte trasera del avión era muy vulnerable cuando el wellington atravesaba una verdadera muralla de fuego antiaéreo al acercarse al objetivo del bombardeo.
El wellington regresaba de sus misiones agujereado por los proyectiles enemigos y frecuentemente con los motores fallando. En el vuelo de vuelta Jánský escrutaba atentamente el cielo para avistar a tiempo cazas alemanes. Defendía el wellington disparando con sus dos ametralladoras.
Filip Jánský resultó dos veces herido. Por primera vez fue en un duelo con un caza nocturno alemán al que había derribado.
Y por segunda vez aconteció en noviembre de 1941. Al regresar al bordo del wellington de una operación sobre la ciudad alemana de Kiel, Jánský sufrió una lesión grave de la columna durante un aterrizaje forzoso en la costa inglesa.
Las tripulaciones checas hacían el máximo esfuerzo para cruzar con los aviones increíblemente destrozados el Canal de La Mancha y tomar tierra en Inglaterra. El derribo o el aterrizaje forzoso en territorio enemigo les costaría la vida. Los nazis no reconocían a los checos el estatuto de prisioneros de guerra. Les esperaba un campo de concentración y la ejecución por un pelotón de fusilamiento.Después de su grave lesión de la columna, por decisión de los mandos Jánský no debía participar más en misiones de combate. Pero su espíritu le exigía seguir al lado de los compañeros. Sin que lo supieran los mandos, el joven de vez en cuando relevaba a un compañero en el puesto de ametrallador.
Cuando el escuadrón fue encargado de localizar submarinos enemigos, Jánský volaba con sus compañeros sobre el Golfo de Vizcaya y el Atlántico a bordo del bombardero liberator.
El 6 de junio de 1944, al iniciarse el desembarco de las unidades angloamericanas en las playas de Normandía, despegó de su aeródromo también el liberator X-975 en el que volaba sin el permiso de los mandos el sargento Filip Jánský.La tripulación del liberator localizó un submarino alemán que intentaba acercarse a la flota angloamericana. Los tripulantes del avión llamaron por radio a las corbetas aliadas que hundieron el submarino nazi.
Después de cada operación, las tripulaciones tuvieron que relatar su transcurso a un oficial de Inteligencia británico. Así tras el aterrizaje del liberator X-975 salió a la luz que en la misión había participado sin el conocimiento de los mandos el sargento Jánský. Por la infracción del reglamento militar le esperaba un juicio.
Pero la suerte no le volvió la espalda. Pudo incorporarse a un grupo de soldados checoslovacos trasladados vía Oriente Próximo a la Unión Soviética para combatir en las filas del Primer Cuerpo del Ejército Checoslovaco, formado en la URSS. Jánský se desempeñaría en el Frente Este como instructor de ametralladores aéreos.
El lunes 16 de abril de 1945, las tropas soviéticas y checoslovacas libraban con los nazis encarnizados combates en los accesos a la ciudad de Ostrava, en el norte de Moravia. Filip Jánský decidió a última hora relevar personalmente a un ametrallador novato.Antes de subir al avión hizo algo inusual en él:pidió un paracaídas que se colocó sobre el pecho. Habitualmente no lo usaba o se lo ponía debajo de los pies en el puesto de ametrallador.
Los aviones checoslovacos fueron atacados por una agrupación de los cazas alemanes Focke-Wulf. Jánský libró un duelo con uno de ellos. Lo derribó y su piloto fue hecho prisionero.
La victoria sobre el contrincante alemán le salió cara a Jánský.Sufrió lesiones en la cara, los brazos y las piernas. Pero, a pesar de todo, tuvo suerte. Una esquirla del proyectil enemigo se clavó en la seda del paracaídas. Si no lo hubiera llevado, no sobreviviría al fuego enemigo.
Jánský fue hospitalizado en un hospital militar soviético pero el 10 de mayo de 1945 ya estaba en Praga. Para poder celebrar el fin de la guerra en la capital checoslovaca se escapó del hospital. Al terminar la contienda, Jánský no había cumplido todavía los 23 años.
En 1964, Jánský debutó como escritor, publicando el libro “Jinetes del cielo”. En él rindió un homenaje a los aviadores checoslovacos, muchos de los cuales encontraron su tumba en el fondo del Canal de La Mancha, el Golfo de Vizcaya o el Atlántico.
El protagonista de la obra, apodado El Guapo, participaba como ametrallador del bombardero wellington en los ataques aéreos a la Alemania nazi y en los combates aéreos sobre el Atlántico y el Mar del Norte. Después de un aterrizaje forzoso su avión estalló y El Guapo se quedó sin rostro. En su cara quemada no había labios, nariz ni párpados. Parcialmente recuperado y con un ojo de vidrio, el muchacho regresó a su puesto de ametrallador.
”Jinetes del cielo” fue traducido a cinco idiomas y en 1968 fue rodada su versión fílmica. El libro muestra que la guerra siempre es horrible, aunque sea conducida por una causa justa.