Paco de Lucía, la guitarra y los demonios

Paco de Lucía

Es uno de los artistas más respetados y admirados de todo el mundo, pero él sigue fiel a su esencia: retraído, humilde, trabajador y visionario. Paco de Lucía, el andaluz universal, se presenta en la Casa Municipal de Praga este martes, acompañado de un puñado de jóvenes músicos y bailaores que proyectan su arte hacia el futuro.

Paco de Lucía
En la última década, Paco de Lucía ha viajado por el mundo con un grupo de muy talentosos artistas, que son los que lo secundarán también en su show en Praga. Pero además, en esta ocasión compartirá escenario con el Farruco, un bailaor de la familia Montoya, con varias generaciones de tradición flamenca a cuestas, lo que, según cree De Lucía, aporta nueva savia y nuevos colores a su espectáculo.

En su banda destaca también su sobrino, el guitarrista Antonio Sánchez, continuador de la saga familiar. “¿Quién puede conocer mejor mi música que mi propia familia?”, se pregunta el señor flamenco.

Paco de Lucía, nacido como Francisco Sánchez Gomes en Algeciras, en 1947, no es amigo de las entrevistas y se esmera poco en satisfacer a la prensa. Pero cuando habla, siempre sorprende por la honestidad de sus palabras.

Por ejemplo, en una larga entrevista concedida al programa Vuelta y Vuelta, del canal español Intereconomía, el maestro expresaba su relación de amor-odio con las guitarras.

“Lo que pasa es que para mí las guitarras son mis enemigas, porque son las que me hacen trabajar y el esfuerzo. No sabes lo difícil que es tocar la guitarra y lo difícil que es subirse ahí a un escenario y convencer a toda esa gente que está ahí, con una guitarra en la mano. La cantidad de energía. Yo a veces veo la guitarra y veo al demonio”.

Pero no hay que tomarse al pie de la letra lo que dice el guitarrista. Svatava Barančicová, crítica musical, realizaba hace poco una bonita semblanza del artista en la Televisión Checa, que refleja el otro lado de la moneda: el amor que Paco de Lucía siente por la guitarra y por la música.

Svatava Barančicová,  foto: www.portal.cz
“Paco de Lucía nunca ha dejado de ser un músico del pueblo, viene de una familia andaluza bastante pobre, no tuvo estudios formales, aprendió en casa a tocar la guitarra. Su familia no tenía dinero para eso, así que aprendió con su padre, que era guitarrista aficionado. El padre les enseñó música a todos sus hijos, que eran cinco, para que empezaran a ganar dinero lo antes posible, así que Paco de Lucía se lo tomó como su destino y empezó a tocar la guitarra cuando tenía cinco años. Y de inmediato comenzó a trabajar muy duro, a los siete años practicaba como diez horas al día y de verdad quería llegar lo más lejos posible para salir de la pobreza”.

Para un músico, la mejor motivación es el hambre, suele decir Paco de Lucía. Y su éxito lo demuestra. Obstinado en salir de la pobreza, se forjó a sí mismo trabajando de sol a sombra. Al respecto, Svatava Barančicová destaca la autenticidad y el temple de Paco de Lucía.

Paco de Lucía
“A los 16 años ya tocaba en público y lograba su primer contrato con una casa editorial. Y cuando salió de la pobreza se empezó a preguntar qué debería hacer. Se dio cuenta de que lo que más le gustaba de todo era la música en sí y que ese sería su destino. Por eso él es tan auténtico y su relación con el flamenco también, porque ese género nunca ha sido música de gente con dinero, sino de gente pobre y también de los gitanos españoles, así que en eso él sigue siendo un músico pobre para siempre”.

En cuanto al método, Paco de Lucía se considera un anárquico total. Por eso está obligado a seguir un horario y un régimen de trabajo, de lo contrario, su jornada laboral sería un desastre. Porque es en la rutina donde el artista puede pulir su arte, considera el guitarrista, de nuevo en el programa Vuelta y Vuelta, de Intereconomía.

“Yo soy anárquico totalmente. Demasiado anárquico, por eso necesito una disciplina. Yo me levanto por las mañanas, me tomo mi cafecito aquí en mi estudio, que tengo mi cafetera, encima de mi ordenador, oigo lo del día anterior y me pongo a trabajar hasta la una, que subo a comer, y después de comer me bajo otra vez y estoy hasta las 6.30, que me pongo mi chándal y me voy a caminar por ahí, para relajarme, porque esto te come el sistema nervioso, porque es mucha tensión y mucha atención”.

Paco de Lucía ya tiene 62 años, aunque se le ve muy activo, tanto sobre el escenario como en el diario vivir. Así que a él no le gusta ni siquiera pensar en el retiro. Pero, como explicaba en Vuelta y Vuelta, quizás sí deje atrás los viajes, que le cansan y estresan mucho.

“Yo sé que de aquí a poquitos años ya no me va a apetecer, ya no me apetece. Retirarme no, puede que me retire de viajar, porque tocar me encanta, la guitarra me encanta, sobre todo aquí en mi casa, componer”.

Entonces el concierto de este martes en Praga puede resultar histórico para los amantes checos del flamenco. Quién sabe, quizás sea la última presentación en Praga del maestro. Aunque claro, como consuelo quedarán su sobrino y los otros miembros del clan familiar, destinados a perpetuar el clan.

Gerardo Núñez
La visita de Paco de Lucía a Praga se suma a otros espectáculos flamencos que se han celebrado o se celebrarán en Chequia en los próximos días.Hace poco Albero y Carmona deslumbraban con su fusión de flamenco jazz en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga.

Tras Paco de Lucía, vendrá enseguida el quinteto de Gerardo Núñez, para actuar en la Noche Flamenca de Brno (el 8 de agosto, más información en www.guitarcz.com). Después será el turno del festival Flamenco Olomouc 2010 (entre el 13 y el 15 de agosto, más información en www.flamencoolomouc.cz).

Y para terminar, entre el 18 y el 21 de agosto, Ibérica 2010, el festival de cultura española en Brno, Praga y Boskovice (www.iberica.cz), que contará con varios artistas del género.

Sin duda, una verdadera avalancha de flamenco.

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